Tienen todos los datos fríos y objetivos en nuestra edición de hoy, pero aquí les ofrecemos las interpretaciones calientes. Recuerden que en esa partida tan gruesa de 184.000 euros sólo está el coste del escenario, o sea, de la pasarela propiamente dicha, con sus luces y su sonido. Y no les estamos hablando de un escenario de un concierto, que lleva dos tipos de sonorizaciones, la que sale hacia el público y la de los monitores para cada uno de los músicos en acción. Por tanto, estamos ante una producción verdaderamente cara. Pero como gobernar es decidir cuál es la prioridad, ya sabemos que la de Soria y su equipo es este tipo de saraos en los que esté garantizada la fotografía, la alfombra roja (ver dineral del Festival de Cine) y el papel cuché, aunque sea para dejarle en evidencia, como hizo Jesús Mariñas.