Y se limitó -el informante- a contarlo en su día y a corroborar ahora que el dirigente del PP estaba allí. Luego, se ha equivocado el político. En todo caso, por todo ello, creemos que Fernando Fernández ha dado un ejemplo de cómo debe un político responder a acusaciones que no son correctas del todo. Le pedimos disculpas y le rogamos nos haga llegar cuanta información crea conveniente para archivar el caso en un ejercicio de práctica periodística que queremos que no se pierda.Y de veras, le felicitamos. Ojalá su ejemplo cunda por el bien de la reputación de la clase política. Es obsesión nuestra denunciar que hay mucho desalmado en esa actividad, pero que ni mucho menos todos son iguales. En términos jurídicos, la apariencia de buena conducta y de honradez está de su parte, señor Fernández.