¿Extraviados? ¿Sustraídos? El misterio se cierne sobre un CD conteniendo los correos electrónicos que se intercambiaron algunos imputados y desimputados de la trama eólica y que dieron lugar a finales de 2005 al primer gran caso de corrupción del PP canario. A los correos sucedieron una ingente cantidad de diligencias de investigación que concluirán con el juicio, previsto para este año, a una decena de imputados para los que se piden penas de cárcel que van desde uno a siete años. ¿Y quién descubrió que el CD había desaparecido? Pues nada más y nada menos que la defensa de Alfredo Briganty, a la única que se le ocurrió solicitar al juez instructor esa prueba original. Briganty, acusado al que se le pide año y medio de prisión por intentar mangonear en el concurso eólico que puso en marcha en 2004 Luis Soria, es el mismo que anda repartiendo por media España curiosos anónimos sobre la actuación del instructor, Miguel Ángel Parramón, seguramente con la muy legítima intención de reclamar la nulidad de actuaciones para salir indemne del caso. De un momento a otro saldrá a la palestra, como una cotorra, ese manojo de nervios que preside el PP canario para decir aquello de que esto es “el mayor escándalo de la democracia española”. Y olé.