La desaparición, o mejor dicho, el reposicionamiento de la revista Basa en el entorno del nuevo decano, esto es, en las faldas del padre Teide, será una de las primeras consecuencias del nuevo orden arquitectónico canario. A Gutiérrez nunca le gustó el giro espectacular que dio esa publicación semestral hace algo más de tres años, cuando se hizo cargo de ella a coste cero un joven equipo de profesionales con raíces catalanas, que lograba que cada número se convirtiera en todo un acontecimiento en la profesión. Se agotaba en el Fnac de Barcelona pero llegaban felicitaciones de todas partes del mundo, de Tokio a Nueva York, pasando por las principales ciudades españolas. Su principal defecto fue que huyó del papanatismo, del peloteo local, de la publicación de trabajos de los capos sin más justificación que el empeño pueblerino de siempre .