Otra de las consecuencias más evidentes de la inesperada victoria socialista ha sido la gran cantidad de tobillos torcidos que están siendo tratados en las salas de urgencias de los hospitales. Sus propietarios no tuvieron la precaución de frenar y reconducirse, y ahora se ven con el paso cambiado y frenando a marchas forzadas. Y, rianga, los tobillos hechos polvo. No fueron abriendo sus mentes seis meses antes de las elecciones ni repartieron desde entonces los huevos en varias cestas. Seguros de que la victoria se inclinaría del lado del PP, no habían siquiera recabado los telefónos de la dirigencia sociata, para darles un cariño, no fuera a ser. Y claro, cuando van los tíos y ganan, se armó. José Miguel Pérez, Juan Carlos Alemán, Juan Fernando López Aguilar, Pepe Alcaraz, José Segura, Santiago Pérez... no paran de recibir llamadas de felicitación de personas, personajillos, personajes y abrazafarolas que, de repente, tienen los tobillos vendados.