'CSI: Marylin (caso abierto)', las incógnitas sobre la muerte del mito

MADRID, 11 (EUROPA PRESS)

El médico forense José Cabrera arroja luz sobre las hipótesis del fallecimiento de la actriz Marilyn Monroe en su libro 'CSI: Marylin (caso abierto)' (Ediciones Atlantis), en el que analiza el informe del FBI sobre este caso, desclasificado en 2011, así como las grabaciones que existen de las conversaciones entre ella y su psiquiatra.

El 5 de agosto de 1962 murió Marilyn Monroe, por lo que se cumplen 50 años de su muerte, un hecho que aún no se ha resuelto y sobre el que se han debatido numerosas hipótesis, desde el suicidio hasta una posible conspiración por parte del entorno del entonces presidente de Estados Unidos, John Fitgerald Kennedy, quien mantenía una relación sentimental con la actriz.

La conclusión de los informes toxicológicos determinó que la causa de la muerte se debió a una sobredosis de barbitúricos. Aunque una de las posibilidades podía ser el suicidio, el autor de este libro ha destacado este lunes en la presentación que “Marilyn no quería morir de ninguna manera”, por lo que, si no se trató de un asesinato, tuvo que ser “un accidente”.

En estas páginas se desvelan algunas curiosidades sobre el procedimiento judicial, que estuvo “lleno de errores y contaminado desde el principio”. Según relata, cuando la asistenta de la actriz llama a la policía, el primer agente que se encuentra el cuerpo ve claro que aquello es un asesinato. “La actriz estaba boca abajo, con el teléfono descolgado cerca de ella”, señala.

Uno de los mayores errores de este proceso fue no guardar los análisis de las vísceras del cuerpo de Marilyn, ya que habrían dado pistas acerca de la hora de la muerte. “Alguien los ocultó”, sostiene Cabrera. En este sentido, cobra importancia la posibilidad de una conspiración: “El FBI fue quien trató de ocultar esta muerte y el que lo dejó pasar como si fuera un suicidio”.

De esta forma, este dato podría haberse contrastado con la visita que Robert Kennedy hizo a la actriz esa misma noche. “Lo que hablaron nunca lo sabremos, porque tiene que ver con los secretos de alcoba”, añade. En esta hipótesis sobre la conspiración, entra en juego el entonces director del FBI, John Edgar Hoover, un “paranoico” sobre la protección del país en plena Guerra Fría, quien llegó a seguir a la actriz allá donde viajaba.

“¿SUICIDIO, ACCIDENTE O ASESINATO?”

Además de la hipótesis del asesinato, la posibilidad del suicidio también cobra importancia en este libro. Su pasado la convierte en una mujer infeliz, ya que “no tuvo padre ni madre” y visitó más de una decena de orfanatos. “No la quiso nadie”, señala.

Además, Marilyn era una “adicta al alcohol”, un hecho que se observa claramente, según el autor de este libro, cuando dedica “totalmente borracha” el famoso “feliz cumpleaños” a Kennedy. Según confesó a su psiquiatra, ella se sentía como “una sierva” para el presidente y tenía una “admiración total” hacia él.

A Marilyn Monroe nunca se le diagnóstico un posible “trastorno borderline” que hoy sí se habría tratado, según refleja el forense en estas páginas. Su situación emocional se unía, además, a la batalla interna que tenía sobre su papel en una industria del cine que estaba cambiando y que la llevaba a convertirse solo en la mujer objeto que ella no quería ser.

Este texto se acompaña de imágenes impactantes sobre la actriz en la morgue, incluso en la mesa de autopsias. “No son inéditas”, aclara Cabrera, pero no han aparecido en demasiadas publicaciones y, en su día, fueron muy cotizadas entre los medios de comunicación.

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