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Opinión - ¡Con los jueces hemos topado! Por Esther Palomera

'El hermano pequeño', intrigas en la costa

MADRID, 5 (EUROPA PRESS)

El escritor J. M. Guelbenzu ha presentado su última novela policíaca, 'El hermano pequeño' (Destino), donde desentraña las intrigas de una villa cantábrica de la mano de su personaje fetiche, la juez de instrucción Mariana de Marco, que en su nueva aventura deberá investigar la muerte de una ex modelo erótica asesinada y brutalmente mutilada.

Cansada de su trabajo y tras una suerte de conversión religiosa, Elena se retira a una apacible villa costera, una localidad sometida al juego de poder entre jueces, policía y empresarios, en donde la investigación de su muerte desata antiguas rencillas y desvela venganzas a fuego lento.

Su cadáver mutilado, sin manos, conducirá a la juez Mariana de Marco a una nueva investigación, que la acercará peligrosamente a un cacique local y que pondrá a prueba, una vez más, su fe en la Justicia, “una de las formas de sortear la incertidumbre”.

En un encuentro con la prensa, Guelbenzu ha destacado la impronta de Mariana de Marco, un personaje que según él “ha ido creciendo” desde el año 2000, desde su nacimiento como personaje secundario.

“Necesitaba a una persona culta, sagaz, perteneciente al mundo moderno. La idea es que esa persona va evolucionando con el tiempo, no actúa como los clásicos detectives de la novela policíaca. No es como Poirot, que siempre hace las mismas gracias, se atusa el bigote y habla de las células grises”, dice.

EL HERMANO PEQUEÑO

En mitad de su investigación, la juez se encontrará con su hermano pequeño, a quien no ve desde hace años. Su hermano se presenta como un embaucador, de esos que se mueven en el límite de la ley y que, de vez en cuando, dan con sus huesos en la cárcel.

La juez, sola en una villa entre la tradición y la modernidad, deberá lidiar con este nuevo inconveniente, que remueve antiguos conflictos familiares, estancados, desde hace tiempo, entre sus peores recuerdos.

“Mariana es una persona en situación de soledad, porque está desplazada de su ambiente. Su mundo es Madrid, donde creó un bufete de mucho prestigio. Es una desplazada y es una solitaria. En estos momento se encuentra en una ciudad de tamaño medio. Estas ciudades son las que han dado el cambiazo, las que antes eran mucho más cutres. Sus habitantes conservan la mentalidad antigua y, a la vez, abrazan la modernidad”, explica.

EL CUIDADO DEL LENGUAJE

El autor, que ya prepara su sexta novela policíaca, pretende “dignificar el género”, cuidando el lenguaje de sus obras sin dificultar su lectura. “Hay que cuidar la trama y también el estilo. Hay que dar dignidad al género, y esa es una de las cosas que estoy intentando. Luego, cuidar la estructura me parece muy importante”, ha subrayado.

Cuestionado por la novela negra actual, de la que prefiere apartarse, el autor destaca el trabajo del fallecido Stieg Larsson, el “único nórdico” que, en su opinión, aportó “algo distinto” al género. “Millenium' tiene un desarrollo muy trepidante, parecido al de los dibujos animados. Si ves Bob Esponja, te das cuenta de que el protagonista siempre está moviéndose. En la obra de Larsson, Salander es como un personaje de cómic, es como Spiderman, y eso no había aparecido hasta ahora en la novela negra. En Larsson hay amor por la ficción”, concluye.

José María Guelbenzu es colaborador regular de las secciones de Opinión y Cultura y ejerce la crítica semanalmente en el suplemento de libros Babelia, todas ellas del diario 'El Pais', periódico en el que escribe desde su fundación. Colabora también regularmente en 'Revista de Libros'. Ha obtenido el Premio de la Crítica de narrativa en 1981 y el Premio Internacional de Novela Plaza & Janés en 1991.

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