El rock iraní sobrevive underground
TEHERAN, 26 (Reuters/EP)
Vestido de negro de pies a cabeza -el uniforme internacional del heavy metal- Mahyar Dean luce como el arquetípico músico de rock pesado. En un país en el que la música occidental está prohibida, Dean forma parte de la pujante escena “underground” local, tocando rock al estilo iraní.
Además del amplificador Marshal obligatorio y la enorme batería, su grupo, Angband, también cuenta con un par de instrumentos de percusión de piel de cabra que han sido una parte integral de la música persa durante siglos.
“Estamos tratando de no alejarnos de nuestras raíces, usando instrumentos de percusión persas”, dijo Dean señalando el daf, un tradicional tambor de mano que luce como una pandereta enorme con cadenas metálicas a un lado del parche que añaden un sonido áspero.
Pero más allá de que Angband se proponga ser típicamente iraní, la banda ha tenido que ir lejos para conseguir su material sea editado. Finalmente el grupo firmó un contrato con el sello alemán Pure Steel Records.
Para ser producida dentro de Irán, la música debe ser aprobada por el Ministerio de Cultura y Orientación, que revisa las letras y la música para verificar que se atengan a los estándares morales considerados como aceptables en la república islámica.
La música clásica persa y algunas formas de música pop han prosperado dentro del sistema, pero géneros como el rock y el hip-hop se han desarrollado mayormente en el “underground”.
Muchas bandas iraníes no se molestan en pedir los permisos gubernamentales obligatorios para editar su música y firman contratos con compañías extranjeras o colocan su material en sitios bloqueados por el Estado, pero todavía accesibles con un módico conocimiento técnico.
El fundador de Angband, de 37 años, minimiza las desventajas de ser un rockero en Irán. “Además de darnos a conocer internacionalmente, una mejor calidad en CD es otro motivo por el cual queremos editar nuestros discos a través de sellos extranjeros”, dijo Dean, jugando con su largo pelo ondulado.
ROCK PESADO, GUERRA LIVIANA
Muchos clérigos iraníes consideran la música occidental como 'haram', o prohibida por el Islam. “La música haram nunca ha sido halal (permitida religiosamente) y nunca lo será”, dice el influyente clérigo Ahmad Khatami en julio, según la agencia de noticias ISNA.
Para los conservadores, la música, el cine y la televisión occidental son considerados parte de una deliberada “guerra blanda” librada por occidente para corromper a la juventud de Irán.
Pero el acceso a internet y la televisión por satelite ilegal ayudan a que la cultura occidental sea popular entre los jóvenes iraníes, en un país donde el 70 por ciento de la población es menor de 30 años y no tiene verdaderos recuerdos de la revolución islámica de 1979 que derrocó al sah apoyado por Estados Unidos y marcó el inicio del Gobierno islámico.
“La música 'underground' es un reflejo de la situación de nuestra sociedad (...) Expresamos en nuestra música las partes de la realidad sobre las que no se nos permite hablar”, dijo Ali, de 28 años, compositor de rap.
“Esta honestidad y sentido de libertad son los motivos por los que los jóvenes están cada vez más hambrientos de música underground prohibida”, añadió Ali.
La banda de rock de cuatro integrantes Wedesnday Call ensaya en un estudio hogareño en el centro de Teherán, con sus paredes y cielorraso cubiertos de paneles aislantes para evitar que la música se escuche fuera del departamento.
“Inicialmente pensamos que podríamos obtener los permisos para editar nuestros discos pero después las condiciones (políticas) cambiaron, ya no es algo que se nos cruce por la cabeza”, dijo Arin, el guitarrista de la banda de 32 años.
En la década de 1990, particularmente bajo los dos mandatos del reformista Mohammad Khatami, las autoridades empezaron a flexibilizar las restricciones impuestas tras la revolución. Esa tendencia fue revertida por el presidente de línea dura Mahmoud Ahmadinejad, quien llegó al poder en 2005.
La lucha de los músicos contra la censura fue el tema de la película de 2009 'No One Knows About Persian Cats', que ganó el premio especial del jurado en Cannes pero, tal como la música que describía, fue prohibida por el Gobierno iraní.
En la película, la joven cantante Negar (Negar Shaghaghi) y su novio músico, Ashkan (Ashkan Koshanejad), compran pasaportes falsos y visas y emigran a Londres para seguir con su carrera.
En la vida real, muchos músicos iraníes también han abandonado el país para seguir practicando su arte.
El cantante y compositor Mohsen Namjoo, a quien el New York Times apodó el “Bob Dylan iraní” por sus canciones de protesta, fue sentenciado a cinco años de prisión en ausencia por insultar a las santidades religiosas. Namjoo vive en California pero su música se escucha en su patria.
“Me encanta el trabajo de Namjoo y sueño con que algún día pueda dar un concierto en Irán”, dijo Nahal, un empleado del sector privado de 24 años que descarga todos sus trabajos.
El periódico reformista Sharq, citando a un sitio web local, informó que un nuevo canal de música, que será llamado 'Iranian' será lanzado en los próximos meses, emitiendo música iraní exclusivamente.
“He escuchado que el canal será dirigido por el sector privado y que transmitirá música autorizada de artistas del país. Así que no ayudará a que se destaque la música underground de Irán”, dijo el rapero Ali.