Greenpeace no cree que los permisos a Respol hayan caducado y reclama el santuario de cetáceos
Greenpeace ha reclamado viernes de nuevo que el espacio marítimo que rodea a Fuerteventura y Lanzarote sea protegido como un santuario internacional de cetáceos por su enorme valor natural, para evitar que sean sometidas en el futuro a nuevas búsquedas de petróleo como la que intentó Repsol.
En declaraciones a Efe, el responsable en España de la campaña de Greenpeace contra las prospecciones petrolíferas en el mar, Julio Barea, ha recalcado que la organización no se cree que los permisos que se otorgaron a Repsol para buscar hidrocarburos en Canarias hayan caducado, como aseguró el jueves la Delegación del Gobierno.
“La resolución dice que el permiso de Repsol tenía un plazo de tres años, así que sigue vigente hasta 2017 y el delegado del Gobierno en Canarias (Enrique Hernández Bento) debería saberlo, porque él era subsecretario del Ministerio de Industria y Energía en aquellos momentos y por él pasaron los expedientes”, ha apuntado.
Greenpeace combatió activamente las prospecciones, tanto en campañas de opinión pública, como en el propio lugar de los sondeos, hasta el punto de que sus voluntarios fueron acusados de piratería por el Ministerio Fiscal por saltarse el perímetro de protección y acercarse al barco de Repsol, en unos cargos ya archivados.
Su portavoz en esa campaña opina que Repsol solo realizó uno de los tres sondeos para los que tenía autorización porque este asunto le ocasionó “un enorme daño en su imagen internacional”.
Además, desde el punto de vista de los ecologistas, la búsqueda de petróleo en Canarias respondía más al interés del Ministerio de Industria y Energía que al de la propia multinacional española.
La ONG reclama que, para evitar que en el futuro vuelvan a realizarse prospecciones en la zona, se conceda a esas aguas situadas entre Canarias y Marruecos la condición de santuario internacional para cetáceos, ya que se trata de uno de los lugares del mundo con mayor número de especies de mamíferos marinos.
“Canarias tiene más biodiversidad que las Islas Galápagos y estas últimas están hiperprotegidas. Declarar esas aguas santuario para cetáceos excluiría cualquier tipo de intento de volver a autorizar en ellas nuevas prospecciones o actividades mineras”, defiende Julio Barea.