Sobre este blog

Mi vida ha estado ligada al séptimo arte prácticamente desde el principio. Algunos de mis mejores recuerdos tienen que ver, o están relacionados, con una película o con un cine, al igual que mi conocimiento de muchas ciudades se debe a la búsqueda de una determinada sala cinematográfica. Me gusta el cine sin distinción de género, nacionalidad, idioma o formato y NO creo en tautologías, ni verdades absolutas, que, lo único que hacen, es parcelar un arte en beneficio de unos pocos. El resto es cuestión de cada uno, cuando se apagan las luces.

STAR WARS: Las bases sobre las que se sustenta la creación de una mitología propia (4) INFLUENCIAS HISTÓRICAS Y DE LA CULTURA POPULAR EN EL UNIVERSO DE STAR WARS

Cronológicamente, la primera trilogía cinematográfica -Episodios I, II y III- nos cuenta cómo la República, formada por la mayoría de los sistemas planetarios de la galaxia, se enfrenta a una terrible guerra, en parte por los manejos de Darth Sidious, un misterioso maestro Sith, y por el marasmo burocrático que rodea cualquier espacio de la vida cotidiana. También se narra el aprendizaje de un joven Jedi, Anakin Skywalker, y su caída en el lado oscuro de la Fuerza. Anakin es seducido por el poder absoluto que el lado oscuro puede ofrecerle y Darth Sidious juega con sus generosos, pero intensos sentimientos, los cuales acabarán por llevarle al mal, de manera irremediable.

Finalmente, y tras una guerra interplanetaria, se produce la desaparición de la corrupta República y su sustitución por un Imperio opresor. Esto recuerda mucho a la historia de la Antigua Roma, civilización que tuviera, primero, una república y, luego, un imperio dominado por un tirano.

Uno de los aspectos más importantes de las películas de Star Wars y que, desde el primer momento supuso un cambio frente a las películas de estética futurista creadas hasta la fecha, reside en que Lucas quiso crear un universo cuya tecnología mostrara los efectos del uso por el paso de los años, otorgándole así un aspecto más real. Luego del estreno de Star Wars, este afán por la verosimilitud marcaría la estética de películas tan importantes dentro del género de la ciencia ficción como lo son Alien o Blade Runner. Curiosamente, en las precuelas, George Lucas recurrió a las líneas estilizadas, los colores llamativos y a la estética camp de los seriales cinematográficos y las películas fantásticas de los 50, para así poder resolver el desfase entre el desgaste y degradación del diseño y la tecnología que presenta en la trilogía original y una aproximación mucho más anterior, cronológicamente hablando. Aun así, mantiene una estabilidad y la tecnología no es totalmente impoluta, ni casi diríamos que recién salida de la línea de montaje.

Para lograr su propósito en cuanto a una nueva concepción del diseño fantástico, George Lucas contó, en los primeros estadios de la producción del Episodio IV, con la inapreciable ayuda del ilustrador y diseñador Ralph McQuarrie, quien dio carta de naturaleza a las ideas del joven realizador americano. Nota 1:

Ralf McQuarrie empezó su carrera profesional trabajando para la empresa de aeronáutica Boing, la misma que sigue fabricando aviones. Una década después entró a formar parte del equipo de la cadena televisiva CBS que se encargó de cubrir la llegada del hombre a la Luna, en 1969, un trabajó que lo familiarizó con todo lo relativo al diseño relacionado con la NASA durante aquel periodo. Además, McQuarrie también era conocido por su trabajo como ilustrador freelance para la industria cinematográfica. Uno de aquellos trabajos estuvo relacionado con una película de ciencia ficción llamada Star Dancing, un proyecto que nunca pasó de la fase de preproducción, pero que le llevó a dibujar vehículos espaciales, planetas remotos y astronautas que interactúan con alienígenas.

George Lucas y Ralf McQuarrie se entrevistaron, por primera vez, en noviembre del año 1974 y, de aquel encuentro surgieron los bocetos preliminares de los cazas Tie imperiales, los X-Wing rebeldes y la Estrella de la Muerte. No obstante, su contribución más recordada es aquella que tiene que ver el Sith Lord Dath Vader.

Para Darth Vader, George solo dijo que le gustaría que fuera una presencia muy alta, oscura, que desprendiera la sensación de que se movía con el aire. Mencionó, también, un estilo de vestimenta árabe, envuelto en sedas y harapos. Le gustaba la idea de que Vader tuviera un gorro grande, como si fuera de pescador, y una pieza de metal que surgiera hacia la cara. Quería que el personaje apareciera con una especie de máscara, dado que en el guión decía que saltaban al espacio para abordar una nave más pequeña, que era donde estaban los rebeldes. Lo que en un principio se consideró argumental, para poder sobrevivir en el espacio, se convirtió en parte del personaje.

J.W.Rinzley. The Making of Star Wars: The Definitive Story Behind the Original Film. Ebury Press, 2007

Otra fuente de inspiración para el personaje fueron las máscaras y las armaduras utilizadas por los guerreros samuráis del Japón feudal, sobre todo aquellas diseñadas para infringir temor en el adversario. Luego, cuando el personaje aparece, por primera vez en la nave consular de la princesa Leia, el público asoció la vestimenta del Jedi oscuro con la de los soldados de la Alemania Nazi, debido al diseño y la forma de su casco, similar al usado por los soldados de la Wehrmacht durante la Segunda Guerra Mundial.

Lo que sí está claro es que la estética –y el espíritu marcial- de la Alemania nacional socialista inspiró el comportamiento y los trajes que llevan los oficiales y artilleros imperiales, mientras que la de los rebeldes, mucho menos marciales que sus antagonistas se parecía más a la vestimenta de la infantería norteamericana de la Segunda Guerra Mundial.

Del Reich alemán, George Lucas también “tomó prestado” el nombre del grupo de guardaespaldas personales del Führer, SA Stormtroopers, así como sus directos herederos, los siniestros Schutzstaffel o SS. Darth Vader hubiera sido un destacado miembro de tan temible creación, a la sombra del no menos siniestro y temible emperador, igualmente rodeado de su carmesí guardia.

Los trajes naranjas de los pilotos de Star Wars, por su parte, eran simples monos de trabajo, similares a los utilizados por los pilotos de la marina estadounidense durante varias décadas.

Otros elementos tales como las botas de Luke eran similares a las que utilizó el ejército de infantería británico de la Primera Guerra Mundial, pero blancas en vez de caquis. El armamento que aparece en los episodios IV, V y VI es una combinación de armas clásicas y modernas, algunas de uso normal en los ejércitos de todo el mundo.

La suma de todos estos elementos, y el saber entender cómo debían ir colocados para la ocasión, le sirvió al joven realizador para poder desarrollar una de las historias que más han influido en el imaginario de la cultura contemporánea de finales del siglo XX y lo que llevamos del sigo XXI

Otras “Space Opera” han tratado de seguir el paso de Lucas, pero ninguno ha sido capaz de capturar en la gran pantalla la magia pura de las películas de Star Wars. En el mundo literario, El Señor de los Anillos demostró que una saga de fantasía podía pasar por la puerta grande, y esta misma puerta se abrió para La Guerra de las Galaxias. Sólo el tiempo nos dirá si otros creadores llegarán a recorrer la misma ruta, y con la misma fortuna.

© José Gracia Pont, 2016

© Eduardo Serradilla Sanchis, 2016

Image: Modern replica samurai armor on display for Children's Day in Japan (Tokyo, April 15, 2011)

Nota 1: Anteriormente a la contratación del diseñador, Lucas ya se había puesto en contacto con Colin J. Cantwell artista, diseñador y constructor de naves espaciales a escala para películas tales como 2001. Una odisea en el espacio (Stanley Kubrick, 1968) y La Amenaza de Andrómeda (Douglas Trumbull, 1971). Cantwell sirvió de inspiración al joven director, en estos primeros estadios de producción, pero pronto quedó claro que sus puntos de vista eran bien distintos. In the first conversation George said that he wanted to do something very different from 2001. I wanted the movie to be as immersive and as new as 2001 but George wanted to make this action saga with comic-book nobility. (J.W.Rinzley. The Making of Star Wars: The Definitive Story Behind the Original Film. Ebury Press, 2007)

El tercer artista contratado por el director, que no por el estudio, fue Alex Tavoularis, quien se encargó, desde principios del año 1975, de dibujar los story-board de la secuencia con la que empezaba la película y así poder calcular el coste de los efectos especiales necesarios para luego poder llevarla hasta la pantalla. Alex Tavoularis acabó en el proyecto, dada la relación que su hermano Dean Tavoularis –diseñador de producción en la película El Padrino- tenía con el director Francis Ford Coppola. Esto demuestra que Coppola trató de seguir ayudando a George Lucas en la que, entonces, era su apuesta más arriesgada.

Alex Tavoularis recordaba, en las páginas del libro Star Wars Storyboards: The Original Trilogy (J. W. Rinzler. Harry N. Abrams, 2014) que una de sus mayores fuentes de inspiración, sobre todo para recrear el personaje de Leia Organa fueron los dominicales de Flash Gordon, dibujados por Alex Raymond. Una prueba más de la “alargada” sombra del dibujante norteamericano, creador del personaje.

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