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¿De qué casta están hechos, Dios mío?

Paulino Rivero y José Miguel Pérez.

José A. Alemán

Que Fernando Clavijo derrotara a Paulino Rivero y que José Miguel Pérez anuncie su salida de la política canaria ha privado de su juicio a la dirigencia pepera. Asier Antona, secretario general de Soria, lo dijo bien claro: el PP no tiene esos problemas; de lo que debo deducir y deduzco que para el PP la inexistencia de democracia interna, que de eso va la cosa, es bendición del cielo.

La semana pasada ya les comenté que Antona, secundado por la ineféibol Australia Navarro, había asegurado que no “descartaba” a Soria como candidato a la Presidencia canaria; lo que implica que tampoco “descartan” que no lo haga. Y entrecomillo “descartar” porque, ya saben, hay verbos muy puñeteros y el empleado por tan ilustres comparsas pone de manifiesto que será la voluntad soberana de Soria, no la dirigencia del partido y ni les cuento de la puta base, quien decida.

Por si fuera poco, la felicidad de Antona ante los “problemas” de CC y PSC lo llevó a nuevos deslices al calificar de “interinos” a Paulino y a Pérez para el más de medio año que permanecerán todavía al frente del Gobierno. Que yo sepa y salvo que en La Palma hayan dispuesto otra cosa, un interino es quien sustituye en su ausencia a quien ocupa un cargo o ejerce una función; lo que no es el caso pues ellos son los titulares de sus respectivos cargos: solo han anunciado que no optarán a una nueva elección. Paulino porque Clavijo le echó la pata alante y José Miguel Pérez porque se va a Madrid con Pedro Sánchez. Comprendo la necesidad de Antona de desdorarlos (duro verbo, pero verbo) en su condición de meritorio pero una cosa es una cosa y otra cosa que hayan agotado el mandato de las urnas de hace cuatro años.

(Escrito el párrafo anterior, leo en el periódico que Jorge Rodríguez fue absuelto en el caso Europa, lo que le ha dado a Antona la oportunidad de apresurarse antes de que le ganen la mano. Según Antona, ya sabían en el PP de la acreditada honestidad de Jorge Rodríguez. No lo dudo, que no siempre sabe cada cual las cabras que guarda. Pero debió Antona leerse primero la sentencia. Ya CANARIAS AHORA le ha dado una primera lectura de la que resulta que se consideran probados una serie de hechos de los que no se desprende, para el juez, la comisión de delito alguno. A esa información me remito, que ya habrá tiempo de traerla aquí. De momento, parece que el juez responde al patrón pepero que promete unas escandaleras más; como en el Gürtel, ya verán).

Otro motivo de júbilo pepero es el debilitamiento supuesto o real de la interlocución de Rivero ante Rajoy y el rey Felipe, al que ha pedido audiencia bajo el síndrome del indio atropelladito que recurre al monarca; o los campesinos rusos al padrecito zar. Tan cierto es, desde luego, que hay cuestiones importantes pendientes como que seguirán estándolo. Si este fuera un país donde los problemas de cada comunidad se analizan objetivamente y se decide de acuerdo con criterios de buen gobierno e igualdad podría esperarse alguna solución. Lo que no es el caso. Rajoy dice a cada rato que este es un país serio, pero las decisiones que interesan a una comunidad los desmienten: están en función de quien gobierne en cada lugar y resulta más determinante que el alcalde venga siendo sobrino de un cuñado de la hermana de mi mujer. Y ni les cuento si la afinidad partidista o parental se acompaña de comisiones tasadas y protegidas por la impunidad como mejor demostración de que el que menos corre, vuela o tira al de delante. La sentencia mencionada, que ha desconocido que líquido, blanco y en botella es leche, es buena muestra de falta de seriedad. Da igual, en fin, que Rivero sea o no “interino”: lo definitivo es que no es del PP y no va Rajoy a hacer concesiones que resten votos a los suyos. Me parece que fue Goytisolo quien dijo que españoles son quienes no pueden ser otra cosa y a diario hay nuevos motivos para darle la razón.

Y en cuanto a la seriedad del país, nadie lo diría ante el saqueo perpetrado por esos a los que Podemos llama “La casta”. Muchos se han picado con la denominación, que no es nada novedosa. En Canarias son papas “de casta” las que no son bonitas. También se llama “casta” a la ascendencia de determinados animales y no sé si por ironía o limitación léxica, a las familias de alcurnia; caso este último en que se aconseja atención al tono y al gesto del hablante para apreciar si utiliza el término en aprecio o menosprecio del señalado. Más de una vez he oído a la madre de un chiquillo mataperro preguntarse en son de lamento desesperado de qué casta estará hecho este niño.

A vueltas con el petróleo

Ya sabrán que Antonio Brufau, presidente de Repsol, dijo en Murcia que no entiende el empecinamiento de los canarios contra el petróleo. Y miren que se lo hemos explicado. Pero él como si nada. No entiende a que viene tanta oposición, dice, cuando en lugares como Tarragona, “que recibe más turistas que toda Canarias”, su petrolera saca cinco millones de barriles al año sin que nunca pase nada.

No me ocuparé del número de turistas porque ahí están las estadísticas oficiales, pero es la leche que el presidente de una empresa de la dimensión de Repsol vaya por el mundo tan mal informado respecto a la comunidad que pretende arrollar con Soria de compadre. Acusó Brufau al Gobierno canario de “hacer política” al oponerse a las prospecciones, cosa llamativa porque nadie ha dicho que esté jugando al tresillo y no fuera eso, hacer política, su intentona de la mano del compadre Soria que nos amenaza con la furia del Estado desatada sobre nuestras cabezas como sigamos en el mismo plan.

En cuanto a que en Tarragona no pasa nada, qué quieren que les diga. Según los datos de que dispongo, de 2004 a 2010 hubo allí dieciocho vertidos de los que ocho fueron de Repsol. En esos mismos años tuvo Repsol en todo el mundo 6.985 por lo que debe reconocérsele que experiencia no le falta. El último importante, que yo sepa, se produjo el 22 de diciembre de 2010 y provocó una mancha de 1.900 hectáreas. Días después, Teresa Pallarés, delegada del Gobierno, informó de que había desaparecido empujada por los vientos y dispersada por la lluvia con el remate del “poder de evaporación” del sol que dejó el mar como una patena. Lo tengo anotado porque debió ser Pallarés quien inspiró a Manuel Fernández, otro ínclito pepero, la idea de que los vientos y las corrientes se llevarían cualquier vertido que pudiera producirse en Canarias hacia costas no cristianas ni en gracia de Dios.

En cuanto a que en Tarragona nunca pasa nada, no está de más recordar que las organizaciones de pescadores han denunciado que, lejos de eliminar el crudo, lo disuelven para que desaparezca de la superficie marina y dejarla fotografiable total. Se han señalado no pocas amenazas para el delta del Ebro y se relacionan con la actividad la serie de seísmos ocurridos en la zona. No pasa nada, en fin,; pero comienza a levantarse el muro de silencio con estudios científicos como los realizados por el laboratorio de Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Barcelona en el entorno, vaya fijación política, del polígono Repsol Química con resultados alarmantes. En Tarragona están amenazados los ecosistemas marinos, la salud humana y la socioeconomía relacionada con el mar, lo que permite apreciar la desvergüenza de Brufau. Se entiende que con el embullito de la crisis ahuyente el PP a los científicos para que no le den la lata.

Por último, cabría esperar de un empresario de su nivel que analizara el peso la actividad en el PIB canario, muy superior al del resto del país, lo que es razón de más para no correr riesgos. Sin olvidar que técnicos de su propia empresa han reconocido que los vertidos son inherentes a la actividad; que en sondeos, como los que se pretenden hacer en Canarias, son normales vertidos de lodos y derrames de combustibles, de aceites de las unidades de perforación y otras sustancias peligrosas, de hidrocarburos líquidos y las erupciones incontroladas en el interior del pozo.

Soria, más papista que el Papa, asegura que es imposible un accidente, lo que no se atreven a afirmar los técnicos de Repsol de los que alguno ha indicado que cuando más suelen producirse es durante las prospecciones. En cuanto a causas y resultados resulta aleccionador el del golfo de México. Sobre sus consecuencias ya vimos las imágenes y en lo tocante a las causas ocurre que no fue un fallo técnico sino un error humano y no hay forma de garantizar que no se produzcan.

Soria habló de esta catástrofe afirmando que no afectó a la industria turística mexicana. Y no mintió porque no alcanzó a México porque aquello es muy extenso, el accidente fue en el golfo frente a Louisiana, USA. Un error geográfico como el que ya tuviera cuando advirtió a Rivero de que se pusiera como se pusiera, el meridiano de Greenwich seguirá pasando por Canarias. Paulino, recuerden, se alarmó al rumorearse que iban a quitarle a las islas la hora de menos y Soria, llevado del afán de ridiculizarlo, debió oír las campanas del Primer Meridiano herreño y ¡zas! se tiró a la piscina. Debió pegarse la fugota del colegio más de una vez.

Si no basta esta muestra de la casta, en sentido isleño, a la que pertenece el muy ministro, ahí está su acusación a Paulino de alarmar sin motivo a la población con las prospecciones. Resultan chungos sus esfuerzos para tranquilizarla. Según él la producción petrolera canaria sería del orden de los 140.000 barriles, lo que resulta curioso y cuasi omnisciente por cuanto las discutidas prospecciones son, precisamente, para comprobar si existe o no petróleo. Que haya fijado la cantidad implica conocimiento de su calidad. En su juego de las anticipaciones se refirió a los cuantiosos beneficios para la isla que produciría pero ante la evidencia de que quien se lo llevaría crudo, nunca mejor dicho, sería su patrocinada, pegó el hombre a hacer cálculos señalando los tipos fiscales que se aplicarían antes de que se haya aprobado una ley que los fije y determine en qué porcentaje participaría Canarias de semejante futurible. También tiene lo suyo que presente como solución para Canarias la extracción de crudo que de haberlo, según las estimaciones daría para unos veinte años, que no son nada.

No sé qué es más alarmante, sí la postura de Paulino o la mezcla de mentiras y falta de ignorancia de Soria que acreditan, eso sí, la excelencia de la maltrecha democracia española en la que cualquiera puede ser ministro.

Empresarios y empresarios

Joaquín Gay de Montellá es el presidente de Foment del Treball, la patronal catalana. Acaba de pronunciarse sobre el asunto de la secesión catalana en un desayuno de Nueva Economía Forum, en Madrid, donde lo presentó Ramón Tamames. Dijo, entre otras cosas, que “nos equivocaríamos si pensáramos que es una simple coyuntura la controversia política sobre el encaje de Cataluña en España. Lo que hoy mueve ciertas mayorías sociales responde a un desasosiego de fondo que subyace en la vida política de España desde hace muchos años y que no se va a resolver con triunfos políticos tácticos de muy corto plazo”. Para él son necesarios pactos a la altura del problema que ayuden a “superar la decepción que supuso la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto” para acomodar las sensibilidades en presencia a “este proyecto común tan esperanzador y con tanto futuro que es España”. Derivó la desafección de la sociedad catalana “en gran parte del desconocimiento explícito del Estado de su diversidad que es uno de los errores cometidos en el proceso constituyente de hace casi cuarenta años”. Y concluyó: “Cataluña es una nación porque secularmente ha sido un colectivo humano cohesionado alrededor de una lengua, una cultura y un Derecho Civil propios, y porque siente la necesidad de verse reconocido como tal en la garantía de respeto y protección de su singularidad”.

Podrá estarse o no de acuerdo con las opiniones de Gay de Montellá pero, qué quieren, se me afilan los dientes al oírle esbozar un proyecto y pensar en la ramplonería de los representantes empresariales canarios atentos solo a obtener alguna ventajilla. Ya no se habla del famoso “hecho diferencial” ni del dichoso Estatuto Permanente en la UE con que nos volvieron locos durante un tiempo. Lo más cercano a un análisis de la situación de Canarias es eso de que siempre es bueno, oye, que un canario se siente en el Consejo de Ministros. El entreguismo de los dirigentes empresariales a Soria es tal que ni siquiera han parado a pensar en las energías alternativas para complacerle, ni parecen interesados en la sociedad del conocimiento en la que ya estamos y que abre no pocas posibilidades a unas islas a las que ya no vendrán de fuera a indicarnos lo que hemos de hacer en el futuro. Como no parecen haber reparado en que la famosa renta de situación (geográfica, climatológica, etcétera) no es ya lo que era, aunque sea importante para determinadas actividades. Nuestra situación es la verdadera fuente de riqueza canaria y no podemos perder de vista que el Atlántico pudiera ser desplazado por el Pacífico, que algo de eso comienza a haber, y que la actividad turística puede venir a menos a poco cambien los gustos y surjan destinos que se antojen más atractivos. Y uno de esos atractivos, por cierto, es el mar canario que no les importa poner en riesgo en apoyo de las actitudes de un ser que no puede ser, como diría Pancho Guerra.

Quiero decir que el presidente de Foment se ha mojado y es de las pocas voces no independentistas que no se han enredado con el forcejeo del referéndum y han puesto las cosas donde deberían estar desde su punto de vista. Por eso digo que hay empresarios y empresarios.

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