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Decreto bloqueado, debacle anunciada y Asprocan, en las nubes

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La coyuntura actual del sector platanero, en mi opinión, tiene unas características muy especiales. Y es que, ante la debacle de precios que estamos sufriendo como tantos otros veranos, esta vez puede alumbrarse una nueva etapa que permita dar un giro absoluto a nuestros graves problemas y superar nuestras deficiencias históricas.

1.- Lo primero que hay que resaltar es la aprobación del famoso decreto. Dirigido a ordenar, trasparentar y hacer más justa la estructura económica y social del sector.

Es importante resaltar que se aprobó por unanimidad en el Parlamento de Canarias. Y este logro, casi inédito en los tiempos que corren, fue posible y se fundamentó en la unidad y la unanimidad de todas las organizaciones profesionales agrarias de Canarias y en la movilización de los cosecheros. Se quiere resaltar que este hecho constituye el mayor patrimonio inmaterial del sector.

Pero está ocurriendo una flagrante contradicción. Asprocan, que es la entidad que formalmente representa a los cosecheros, ha designado para dirigir la puesta en marcha del decreto a una persona que, no solo mostró en todo este proceso su más absoluto rechazo al mismo, sino que está haciendo lo posible para bloquearlo. Y es que, al ser el decreto un primer paso para arreglar el sector, si uno no hace nada y no se da ningún paso, queda bloqueado y se convierte en humo. Y es que no hay mayor contradicción que designar para dar el primer paso a alguien que no quiere darlo.

Lo que sí queda en evidencia, una vez más, es que la actual estructura de Asprocan (importante indicarlo: con representación basada en el volumen de fruta y no en el apoyo de los cosecheros) ni funciona ni sirve. Los actuales miembros de Asprocan deberían dimitir o ser cesados (por interés general), la Consejería de Agricultura debería tomar provisionalmente la dirección, hasta que en el menor tiempo posible, a través de unas elecciones democráticas se nombrara una dirección dispuesta a la labor.

Sobre estos temas de organización platanera hay que destacar la reaccionaria tendencia a desterrar las fórmulas tradicionales cooperativas (un hombre un voto) y transformarlas en societarias (una acción un voto). El último y, en mi opinión lamentable caso, es el de la hasta ahora importante cooperativa palmera Cuplma, transformada de la noche a la mañana en una reluciente y resiliente sociedad anónima...

2.- Gestión Conjunta de la Demanda.

La situación actual es que, a partir de este mes de Julio y con producciones inferiores a las normales para esta época, se ha producido una auténtica debacle de precios, además de forma generalizada. Y se da la triste paradoja de que, mientras a los agricultores canarios se les dificulta organizar una eficiente gestión conjunta de la oferta, los receptores peninsulares sí madrugan y enseñan obscenamente su poderío frente a nuestras debilidades. Orquestando una muy eficiente, para ellos, gestión conjunta de la demanda.

dY ya nos están avisando. Estos precios ruinosos permanecerán y durarán hasta que ellos consideren que no pueden seguir apretando. Así, mientras ellos se unen para defender sus intereses, aquí quieren que sigamos peleándonos. ¡Gestión conjunta de la demanda SÍ; gestión conjunta de la oferta ¡NO!

3.- Nos resignamos o nos decidimos.

Y es que, ante esta situación, se nos brinda la luminosa y formidable posibilidad de actuar con inteligencia y coraje para defender los intereses plataneros de Canarias. A corto plazo. Lo primero que necesitamos es conocer con la mayor precisión cuándo va a llegar la fuerza de la fruta y cómo va a irse distribuyendo los próximos meses. Por supuesto, no se trata de frotar la bola de cristal como haría un zajorín. Se trata de utilizar el enorme conocimiento que ya tenemos los cosecheros para precisar las producciones venideras en los próximos meses y elaborar con dedicación y fundamento las previsiones de producción. Todo en función del momento del desflorillado de las piñas y sus contextos. Según comarcas agrícolas, altitud, estructura (invernadero/aire libre) y, sobre todo, las declaraciones valiosísimas de los experimentados cosecheros.

A partir de esa información, lo que hay que hacer es utilizarla a nuestro favor. Deberíamos discutirla en bloque y en conjunto con nuestros receptores, porque hasta ahora se hace por multitud de canales (¿30/40?). Pero, aún con lo que esto mejoraría las cosas, tendríamos que hacer mucho más. En nuestro país hay poderosísimas instituciones públicas con competencias autonómicas que consumen fruta fresca. Sobre todo en el ámbito de la Sanidad y de la Educación. Dentro de Asprocan (o como se llame la nueva organización), deberíamos organizar con urgencia un servicio de política comercial para conocer las demandas y atender los principales mercados de nuestra fruta. Extendiendo esta pesquisa al ámbito europeo.

Otro actor que podría ser muy importante es el sector empresarial de hostelería y restauración de Canarias. Que debería comprometerse a que un porcentaje (a negociar) de todos sus consumos de alimentos frescos fuera de procedencia local. Tanto que se habla del nuevo turismo sostenible, innovador, apegado a la gente (kilómetro cero)... esta sería una forma excepcional de demostrarlo.

A largo plazo

No solo se tendría que actuar a corto sobre lo que ya se está produciendo. Tendría que trabajarse también a largo plazo. Básicamente en dos aspectos. El primero, evitar las bruscas oscilaciones de la producción. Evitando sobre todo las sobreproducciones coyunturales de la actividad que originan las irracionales picas. La ciencia económica tiene bien estudiada esta coyuntura y bien engrasada la estrategia adecuada para solucionarla. Que no es otra que la planificación económica. Y es que siendo el plátano un producto perecedero, sólo tiene sentido producirlo cuando se vaya a consumir, es decir cuando haya demanda.

Pero, también, evitando situaciones como la del segundo trimestre de este mismo año, con precios desaforados. Porque estas situaciones hay que evitarlas. Sí. Porque son un espejismo. Porque a continuación viene la otra cara de la moneda que es la debacle de los precios durante un tiempo que puede alargarse y es difícil de determinar. Al tiempo que se ahuyenta a los consumidores de plátano canario, modificando sus pautas de consumo hacia la sustitutiva y competidora banana.

Por eso, la estrategia adecuada no está en actuar como un pícaro a salto de mata y que se las sabe todas, sino en establecer relaciones económicas equilibradas y a largo plazo.

Por cierto, para quienes tienen aprehensión a determinadas palabras y solventan su preocupación poniendo etiquetas: desde hace mucho tiempo, la planificación económica es una necesidad para las grandes empresas que la usan masivamente. Sobre todo aquellas que producen alrededor del mundo y centralizan su montaje y sus centros de decisión en determinados lugares.

Si fuéramos capaces de organizar la gestión conjunta de la oferta, tendríamos que atender la producción de todas las islas, las actividades post-cosecha, el suministro de todos los insumos, la mejora de los cultivos, incluso la investigación, desarrollo e inversión de innovaciones de todo tipo. Y para hacer todo eso en condiciones es imprescindible una estrategia de planificación económica. Cuando se vaya a poner en práctica esta estrategia va a aparecer una dificultad. Y es que los precios no van a ser iguales a todo lo largo de los meses del año. Por eso, para que ningún cosechero sea perjudicado en relación con otros y porque la planificación económica va a distribuir las producciones en el tiempo según las características de cada zona, será necesario establecer un sistema dinámico de compensaciones mutuas. Esto se haría mediante un fondo común sufragado por todos los cosecheros que se reparta entre los perjudicados.

4.- Por supuesto todo este entramado sólo puede nacer y mantenerse en el tiempo si hay plenas condiciones democráticas para hacer lo que decidan las mayorías en cada momento y para cada circunstancia. Hay que conseguir una férrea solidaridad entre todos los cosecheros. Con la convicción de que pasarse de listos es simplemente traicionar a todos los demás.

5.- La aplicación de la Ley de la Cadena Alimentaria, su mejora y puesta en práctica será un requisito imprescindible.