Tebeto y Obiang Nguema, un cóctel explosivo

El Parlamento de Canarias vivió este miércoles un nuevo capítulo de ese culebrón llamado caso Tebeto con un nuevo golpe de efecto por parte del presidente del Gobierno Paulino Rivero, que cada 15 días anuncia un nuevo recurso de súplica para no pagar a Bittini y sus Canteras Cabo Verde los 101 millones a que le obliga una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.

Como en el anterior Pleno, hace dos semanas, el diputado de CC José Miguel Barragán, fue el encargado de poner en bandeja a su jefe una salida airosa sobre el caso en un día difícil, porque el verdadero caso es que el Gobierno tenía que haber consignado este mismo miércoles como fecha tope, en la cuenta que tiene Bittini en el Lloyds Bank, el primer tercio de toda la deuda, 33.710.301 millones de euros, pero por más que han rebuscado todos los consejeros en sus consejerías sólo han encontrado calderilla, apenas 10 millones.

El pretexto para evitar este pago ha sido un nuevo recurso de súplica, esta vez al TSJC, en tanto que el Supremo decida sobre otra súplica admitida a trámite, y que debe resolver el verdadero valor de la montaña de marras, si “nada o apenas nada”, como dice Rivero, o una pasta, como sostienen Bittini y el tribunal de lo Contencioso.

Rivero dice que el aval del LLoyds no garantiza la devolución del dinero porque no es un aval garantista hasta que no se consigne la totalidad de la deuda (más sus intereses), por lo que ha pedido que se modifiquen sus términos. Llegados a este punto, no se sabe muy bien qué es legal o ilegal en todo este asunto, porque el presidente dijo sin rubor a los periodistas que no obedecía al alto tribunal canario, pese a ser un incumplimiento de sentencia, porque eso sería ir contra la Ley. “No se puede hacer traslado de un patrimonio sin todas las garantías de su devolución”. Sólo falta que el TSJ imponga aún más intereses por demora a los ya altos intereses que pesan sobre Tebeto.

Barragán, como buen pupilo, aprovechó la pregunta parlamentaria hecha al presidente (“¿Cuándo y qué cantidad tiene previsto depositar el Gobierno para atender a las demandas judiciales sobre Tebeto?”) para darle un repaso a los jueces, esos hombres de negro que dan todas las facilidades a Bittini, pero no al Gobierno.

Quizás sea la falta de dinero la que ha llevado al vicepresidente José Manuel Soria a Guinea Ecuatorial para hacer negocios con Obiang Nguema, el mismo que se está forrando con la extracción de petróleo que lleva a cabo Mobil mientras los guineanos siguen muertos de hambre como hace 30 años, cuando el dictador le dio un golpe de Estado a Macías. Negocios, dice Soria, que son beneficiosos para Canarias. “Hay que abrir mercados”, dijo, pero de derechos humanos no soltó ni una palabra.

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