Ángel Luis Tadeo
Transitó ambos mundos -economía y poder-, y en los dos se movía cómodo y mandón. Tenía por costumbre ser siempre él mismo, aliño más propio de capitán de empresa que de Excelentísimo Señor. Se fue por sorpresa antes de cerrar su penúltima faena: dejó varado el sueño del delfín.