Paula Ramírez: “El reto es enorme, pero mi ilusión es igual de grande”

Las españolas Ona Carbonell (i) y Paula Ramírez (d). EFE/Ángel Medina G.

Lucía Santiago/Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

El relevo generacional en el equipo español de natación sincronizada pasa por Sara Saldaña, Leyre Abadía, Blanca Toledano, Alina Ozoghina y Carmen Juárez, por citar algunas, aunque especialmente por Paula Ramírez.

Nacida en 1996, fue la elegida para llenar el vacío que Gemma Mengual dejó en el dúo tras los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Ella misma califica el cometido como “enorme”. En la misma medida, no obstante, sitúa el tamaño de su ilusión por ser la nueva acompañante de Ona Carbonell. También por contribuir al rebrote de la selección nacional en las modalidades más numerosas: rutina técnica y libre de equipos, combinado y highlight.

Eso la ha obligado en la prueba de las Series Mundiales disputada recientemente en Las Palmas de Gran Canaria a aceptar un esfuerzo fatigoso durante los tres días de competición. El despertador le obligaba a desperezarse a las 6.00 horas. A las 22.00 horas del sábado todavía seguía en la piscina del Club Natación Metropole.

“¡Ahora mismo dormiría cuatro días seguidos!”, bromea horas antes de tomar el vuelo de regreso a Barcelona. “El cansancio es lo peor de todo pero salgo reforzada. Psicológicamente, mucho”, confiesa.

Con el equipo alcanzó los 90.0000 puntos que les había demandado Anna Vives, la responsable del grupo. En el dúo, según reconoció la entrenadora Esther Jaumà, Paula Ramírez superó igualmente las expectativas que tenía el cuerpo técnico. Dominaron la rutina técnica y elevaron su rendimiento en el apasionado ejercicio libre.

“La verdad es que éste ha sido uno de mis mejores campeonatos, al menos hasta ahora. Me llevo un oro en el dúo con Ona, ganando a Ucrania. Ése era un objetivo muy difícil, así que estoy muy orgullosa y muy contenta. También muy cansada, pero ha valido la pena”, recalca en una entrevista a EFE.

No se le escapa que en la pasada cita olímpica cuatro parejas mejoraron la calificación obtenida por Ona Carbonell y Gemma Mengual. Uno de esos dúos fue el ucraniano, batido en esta ocasión por la novedosa dupla española.

“Estábamos más centradas en nuestro rendimiento que en el oro. Lo hemos luchado y lo hemos conseguido”, celebra con algo de timidez.

Su grado de compenetración con Ona sorprendió a los jueces. “Todo el mundo nos ha felicitado. Nos han dicho que hacemos una buena pareja y que estamos mejorando muchísimo. Eso es lo más importante”, apostilla la joven nadadora.

En los últimos meses, según explica Jaumà, “para ponerse al nivel de Ona Carbonell” ha experimentado una mejora técnica “impresionante”. “Yo me lo noto nadando”, coincide Paula Ramírez.

A los integrantes del cuerpo técnico no deja de sorprenderles su grado de madurez y es que su respuesta al reto que le propusieron fueron “muchas horas trabajo”. Parece tener claro qué tiene que hacer para llegar a emular a Ona. “Es subcampeona del mundo. ¡Qué mejor ejemplo que ella! Yo quiero seguir sus pasos”, asegura la nueva esperanza de la natación sincronizada española.

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