Canarias sale de la última posición, pero sigue en el vagón de las comunidades con peores servicios sanitarios

Después de tres años seguidos como la comunidad autónoma con los peores servicios sanitarios de todo el Estado, Canarias ha logrado abandonar el farolillo rojo en el informe que elabora anualmente la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) con el objetivo de analizar las desigualdades entre los sistemas regionales de salud a partir de más de una treintena de indicadores. El Archipiélago ha escalado tres posiciones en este listado, aunque continúa en el vagón de cola junto a Valencia, Andalucía y Murcia, que presentan las puntuaciones más bajas en un estudio que mide aspectos como la financiación sanitaria, el gasto farmacéutico, el nivel de privatización, las listas de espera o la valoración ciudadana.

Desde 2009 y hasta este año, Canarias siempre se había situado en uno de los dos últimos puestos, cerrando la lista en los ejercicios 2015, 2017, 2018 y 2019 (en 2020 no hubo informe porque los datos, obtenidos de fuentes oficiales, no habían sido actualizados). La Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública comenzó a publicar estos análisis en 2004, tres años después de que finalizara definitivamente el proceso de transferencia de competencias en materia sanitaria a las comunidades autónomas, con el propósito de analizar si esta descentralización ha acarreado un aumento de las desigualdades entre regiones. 

El estudio otorga una puntuación por cada uno de los 34 indicadores. El País Vasco obtiene los mejores resultados, con 98 puntos, seguido de Navarra (97), Asturias (96) y La Rioja (92). En el lado opuesto se sitúan Murcia, con 60 puntos; Andalucía, con 63, y Valencia, con 64. Canarias es la cuarta por la cola con 68, doce más que los que registró en 2019, cuando era la última de la lista. El Archipiélago y La Rioja son, con tres, las regiones que más puestos suben. 

Con respecto al último informe, Canarias mejora en financiación. En el estudio de 2019, el presupuesto sanitario per cápita se situaba en 1.381,16 euros. Esa cifra asciende ahora hasta los 1.475,18 euros, lo que representa un incremento del 7%. Aún así, solo cuatro comunidades (Murcia, Madrid, Catalunya y Andalucía) están por debajo del Archipiélago en este indicador. Las diferencias entre regiones siguen siendo notables. En Asturias se gasta casi 500 euros más por ciudadano que en Canarias en un año. El promedio nacional es de 1.623,52 euros. 

En cuanto a recursos, Canarias se sitúa exactamente en la media estatal en el número de camas por cada 1.000 habitantes (3,11), aunque por debajo si solo se contabilizan las públicas (2,11 frente a 2,33). La falta de quirófanos sigue siendo una de las grandes carencias de la sanidad isleña. Solo hay 0,08 por cada 1.000 habitantes, lo que coloca al Archipiélago como la segunda comunidad con menor capacidad en este indicador, solo por encima de Castilla La Mancha (0,07) y con la misma ratio que La Rioja, una región que, sin embargo, se encuentra entre las mejor valoradas en este último informe de la federación de asociaciones en defensa de la sanidad pública. 

El estudio plantea una situación anómala en relación con el personal sanitario en Atención Primaria. Por un lado, Canarias se encuentra entre las comunidades con menos médicos en los centros de salud y consultorios (0,74 profesionales por cada 1.000 habitantes). Solo Baleares (0,62) y Madrid (0,68) están peor en este apartado, a una distancia considerable de Castilla y León (1,12) o Extremadura (0,92). Las Islas se erigen, no obstante, en la segunda región con más enfermeros por habitantes (0,9), después de La Rioja. En el anterior informe, las Islas ocupaban la undécima posición en este ítem con 0,61 profesionales por 1.000 habitantes. En los hospitales -Atención Especializada-, están por debajo de la media tanto en el número de médicos (1,94 por 2,03 en el conjunto del Estado) como en enfermeros (3,54 frente a 3,67). 

Según el informe de 2021 de la FADSP, los canarios son los ciudadanos que menos gastan “de bolsillo” en la sanidad privada (313 euros por persona). Sin embargo, el Archipiélago se encuentra entre las cuatro comunidades que mayor porcentaje destina a la concertación con clínicas privadas (9,3% del presupuesto), superando en más de dos puntos la media nacional (7,23). Solo derivan más Catalunya (26%), Madrid (10%) y Baleares (9,9%). 

Reducir la lista de espera sigue siendo el principal reto sanitario en las Islas. La Consejería de Sanidad presentó el pasado mes de febrero el denominado Plan Aborda, que pretende revertir esta situación en un plazo de dos años con un triple objetivo: disminuir en un 30% el número de pacientes que aguardan por una intervención, reducir la demora media por debajo de los tres meses y que ningún paciente con enfermedad oncológica tenga que esperar más de 30 días para ser operado. El informe de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública recoge los datos de junio del año pasado, cuando el tiempo medio de espera para someterse a una intervención quirúrgica en el Archipiélago era de 163 días, lo que convierte a Canarias en la quinta comunidad con mayor demora, por delante de Aragón (171), Andalucía (212), Catalunya (223) y Castilla La Mancha (269). En peor situación aún se encuentra en la lista de espera para consulta con el especialista, con una demora de 149 días, solo inferior a la de Catalunya (158).

Con todo, los canarios tienen una percepción muy negativa de su sistema sanitario, ya que son los que peor la puntúan (6,16 sobre 10). En el informe de 2019, el nivel de satisfacción ya era bajo, aunque el de Andalucía era aún peor. En el otro lado de la balanza, el 100% de las personas encuestadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) en el Archipiélago considera que la atención sanitaria recibida en relación con la COVID-19 había sido “buena o muy buena”, una opinión que se reproduce en otras seis comunidades. 

Los autores del informe concluyen que la diferencia entre las comunidades autónomas es “claramente excesiva” (de 38 puntos entre la mejor y la peor valorada), aunque la brecha se ha reducido ligeramente. Los resultados recogen datos de 2019, 2020 y 2021, por lo que “ya pueden empezar a valorarse los cambios que se han producido en los gobiernos autonómicos en las últimas elecciones”, aunque la federación considera conveniente esperar hasta el informe del próximo año para poder evaluar las tendencias “con más tiempo de evolución”.