El origen de la Lucha Canaria podría estar en el pueblo amazigh

Los jóvenes practicando las luchadas del norte de África.

Silvia Álamo

Las Palmas de Gran Canaria —

El origen de la lucha canaria siempre ha estado en el punto de mira por parte del pueblo canario. Si bien es cierto que ha evolucionado mucho a lo largo del tiempo, sobre todo a raíz de su normalización como deporte, se tiene constancia de que los primeros pobladores ya la practicaban. Así lo reflejan algunas crónicas de la época. La mezcla de culturas que se produjo durante la colonización castellana de las Islas también conduce a pensar que puede tener un origen hispánico, en la Lucha Leonesa, entre otras, aunque los isleños e isleñas siempre le han adjudicado una procedencia guanche.  Ahora se abre un nuevo punto de vista, las similitudes que existen entre las luchas del norte de África y la canaria han llevado a dos jóvenes a realizar un arduo trabajo de investigación y preguntarse si en realidad el deporte rey de los canarios nació bajo la sombra de los pueblos amazighes del norte de África. “Habría que indagar si es creación propia de nuestros antiguos o si vino del continente vecino, pero en cualquiera de los casos tendríamos que hacer una comparativa para poder entender nuestra propia lucha”, considera el filósofo y aficionado a la lucha canaria Jusay Mahamud. 

El estudio y el interés de la lengua amazigh fue lo que guió a estos jóvenes canarios hasta las luchas cuerpo a cuerpo del norte de África. Las luchas de Senegal y el Antiguo Egipto, sin embargo, sí han sido mencionadas comparadas con el deporte canario. A través de diferentes conceptos que le resultaban familiares, el historiador Rumén Sosa se comenzó a plantear una serie de preguntas que le llevaron hasta una lucha muy parecida a la canaria. “‘Tamaght’, ‘inmghi’ o ‘atmuy’ significan lucha”, explica. “Igual que en el español de Canarias podemos hablar de ‘lucha’, ‘agarrada’ o ‘brega’, en el amazigh son numerosos los sinónimos y vocablos, dependiendo de los dialectos regionales”. “‘Tammazla’ significa ‘la agarrada’, timizzelt’ se define como ‘echar al suelo’”.  A través del vocabulario se han percatado de que se trataba de una práctica muy extendida. 

Las luchas de las que hablan Jusay y Rumén se concentran en países del norte africano, tanto en Marruecos como en Argelia, así como en el Sáhara Occidental. En su investigación descubrieron que en esas zonas las luchas de los pueblos amazighes se definían como un deporte o juego de jóvenes que consiste en echar al adversario al suelo usando la fuerza física cuerpo a cuerpo. “Allí nos contaban que eran una forma de entretenimiento en fiestas o reuniones, pero desafortunadamente cada vez se practica menos y, generalmente, en zonas rurales y apartadas”, cuentan los jóvenes. 

Jusay y Rumén creen que el hecho de certificar la existencia de luchas en el mundo amazigh, del que proceden los primeros canarios, abre el abanico de posibilidades entre las que se encuentran que la lucha canaria tenga un origen norteafricano. A todo esto, apuntan que de las luchas que encontraron, “curiosamente” la más que se parece a la canaria es la que se práctica en el Sáhara. “Puede ser simplemente por el hecho de tener ropa, pero es muy similar”, asegura Sosa. “Al fin y al cabo el pueblo saharaui también tiene origen amazigh”, añade. 

Los investigadores explican que, sobre todo en El Aaiún, con la importante influencia del isleño en la zona, se llegaban a organizar “piques” entre los canarios y los saharauis; eran luchas diferentes, pero con grandes similitudes. “Hacían exhibiciones, alguna competición organizada o simplemente piques individuales en los que mostraban esa lucha a los presentes, incluso cuando venían personas importantes, militares o políticos”. 

Si bien es cierto que la lucha canaria se ha tecnificado mucho y tiene unas reglas concretas, las técnicas o mañas continúan a lo largo del tiempo. “Yo tengo amigos luchadores y me han corroborado, a través de fotos y vídeos, que es muy parecida a nuestra lucha. Y allá cuando enseñábamos la lucha de aquí nos decían que era igual a la que ellos practicaban, les resultaba muy familiar”, recuerdan. 

Además, los investigadores explican que, aunque en estos pueblos se hace de forma espontánea, los lugares escogidos suelen ser terrenos delimitados que no tengan muchas irregularidades, generalmente buscan un área que no sea peligrosa para los participantes. El objetivo es derribar al contrario y para ello el luchador debe evitar tocar el suelo con otra parte del cuerpo que no sean la planta de los pies, al igual que en la lucha canaria. 

El agarre se lleva a cabo rodeando el cuerpo del contrincante por debajo de los brazos y se realiza una especie de anclaje en la muñeca derecha con la mano izquierda a la altura de las lumbares. El brazo derecho pasa por debajo del brazo izquierdo del contrario y el brazo izquierdo por encima del brazo derecho del otro luchador. La postura inicial es a una altura media. “Todo esto depende del estilo del luchador y de las técnicas utilizadas”, explican. “Hemos visto que lo que se distingue un poco es el agarre, pero las técnicas que vimos son muy parecidas”.

Los jóvenes no tuvieron la oportunidad de ver de cerca las luchas saharauis, pero sí conocieron testimonios y mucha documentación gráfica. Pero, en el caso de los encuentros marroquíes y argelinos si pudieron “agarrar” con ellos y notar que son técnicas similares. “Vimos pardeleras, traspiés, burradas, levantadas, ese tipo de mañas que tenemos nosotros”. 

Entre la documentación gráfica que encontraron pudieron ver imágenes de mujeres luchando, algo que les llamó especialmente la atención. “Hoy en día es difícil verlas practicarla, pero yo conocí a una mujer que me contó que de pequeña su padre la enseñaba a luchar y se medía con sus hermanos”, afirma Sosa. 

Desde que se convirtió en deporte autóctono reglado, la lucha canaria se ha tecnificado mucho más. Está muy estandarizado y con unas reglas comunes desde el siglo XX, antes entre las islas existían variedades. En el continente vecino se continúa viendo como una tradición, no ha trascendido a deporte, como si ha pasado en Canarias. “Para nosotros la lucha es un símbolo de identidad, ellos lo ven como algo suyo, pero no le dan la dimensión que los isleños”. El deseo de Rumén y Jusay es que se continúe investigando sobre el origen de la lucha canaria.

“Con esta investigación creemos que se abren las puertas a quienes quieran trabajar el tema y hacer un nuevo trabajo de campo que nos beneficia a nosotros para entender la lucha canaria y beneficia a los continentales porque se investigaría la suya”, sentencian. 

Etiquetas
stats