Vivir con menos de 400 euros
Todas las miradas están puestas en el escenario de las pensiones contributivas que se deteriora de forma rápida, pero se olvidan de que será aún peor para aquellas personas que no cotizaron a la Seguridad Social o lo hicieron de forma insuficiente, y que deben sobrevivir, en el mejor de los casos, con 13 euros al día.
Las alarmas se encendieron tras conocerse que el informe de previsiones de la Comisión Europea sostiene que España es el país de la Unión Europea que más va a recortar sus pensiones hasta 2060, pues se prevé que la Seguridad Social pase de pagar jubilaciones medias del 82% del último salario al 49,7%.
Ese escenario hizo que todos los analistas llegarán a la conclusión de que, si se cumplían las previsiones de la UE, un jubilado se convertirá directamente en pobre al transmutarse en pensionista, pues cobraría 600 euros. Lo que no dijeron en sus análisis es en qué se convertirán los no contributivos, cuya prestación no llega ahora a los 400 euros mensuales.
Un drama del que poco se habla en un país bloqueado por los tacticismos para desbloquear su gobernabilidad y que está pasmado al comprobar que quienes están mandatados para garantizar la calidad de vida de sus ciudadanos están más empeñados en guerras dialécticas y hacerse escraches en redes sociales.
Canarias pedirá próximamente al Gobierno del Estado (sea cual sea y cuando sea) que incremente la cuantía de las pensiones no contributivas hasta los 655,20 euros, la misma cantidad que la fijada para el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
Así consta en una proposición no de ley del Grupo Nacionalista Canario impulsada por Socorro Beato, que será apoyada por el Grupo Socialista y la práctica totalidad de la oposición y que se debatirá en el pleno del Parlamento con el fin de acabar con la “precariedad” vital que en las Islas afecta a más de 43.000 personas.
No en vano, fue una de las promesas electorales en diciembre y junio de la candidata Ana Oramas: “Seguiré luchando para que las pensiones no contributivas se igualen al salario mínimo”.
“Cuando me subo a la tribuna en el Congreso de los Diputados pienso en todas esas mujeres canarias que llevan años tirando del carro para sacar adelante a sus familias y que siguen subsistiendo con grandes esfuerzos, cobrando unas pensiones no contributivas que son muy precarias por haberse dedicado a labores como el trabajo en el campo o por haber tenido que emigrar”, dijo la entonces candidata en una de sus intervenciones públicas.
Pacto de Estado
Pacto de EstadoLa propuesta de “pacto de Estado” de Beato será debatida con retraso en la Cámara regional, ya que se presentó el 23 de marzo y, desde entonces, España ya ha pasado por dos investiduras fallidas y unas elecciones, sin que se haya esfumado aún el fantasma de unos nuevos comicios. Una iniciativa que pretende aportar su granito de arena para acabar con la “precariedad” vital de miles de personas que no pueden siquiera cubrir sus gastos mínimos.
Y es que es imposible vivir, y casi ni sobrevivir, cuando según las estadísticas del Área de prestaciones económicas de la Subdelegación General de Gestión del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) usadas en la exposición de motivos de la iniciativa, “los beneficiarios en Canarias de pensiones no contributivas por invalidez ascendían a 19.981, con una pensión media de 396,05 euros” en el pasado mes de febrero.
A eso hay que sumar las pensiones no contributivas por jubilación, de menor cuantía, que en el Archipiélago ascienden a “23.923 en vigor, con un importe medio de 355,09 euros”.
Una realidad que afecta a un total de 43.904 personas, “sobre todo mujeres”, como asegura Beato.
“En esta tierra muchas abuelas, con una pensión de poco más de 300 euros, en los años duros de la crisis, están dando de comer a hijos y nietos”, apostilla la diputada nacionalista demostrando que las PNC están ligadas a los índices de pobreza en Canarias, que además tienen rostro de mujer.
13 euros al día
Es difícil imaginar cómo se puede sobrevivir con 13 euros al día, en el mejor de los casos, para afrontar los gastos de comida, agua, vivienda, luz y medicamentos, ya que la práctica totalidad de estas personas afrontan problemas de salud si no se tiene una red familiar que ampare sino que, al contrario, como apunta Beato, esos 13 euros son la única red familiar que existe.
Varios asistentes sociales confirman que tras pagar los gastos de alojamiento y apartar lo correspondiente a agua y luz el siguiente gasto es el de la alimentación, que no suele ser la más aceptable.
Las frutas y verduras frescas son un lujo, la carne y el pescado se come esporádicamente y su adquisición suele ser congelada, siendo muy recurrentes las comidas preparadas como legumbres en bote o alimentos elaborados, pues permiten ahorrar gas y electricidad (están sumidos en la pobreza energética) al no ser necesario cocinarlas, sino sólo calentarlas.
Con todo, muchos pensionistas no contributivos acuden asiduamente a comedores sociales para poder ahorrar el máximo de esos 13 euros diarios.
En definitiva, y como relata Beato en su exposición de motivos, “deben subsistir con unos ingresos mensuales muy por debajo de lo necesario y elemental para cubrir gastos mínimos” solo porque “después de trabajar toda la vida, descubrieron un día que su empresa no cotizó por ellos nunca o no el tiempo suficiente para alcanzar las prestaciones del nivel contributivo”.
Ese es su único 'pecado', infinitamente menor a la condena que cumplen 24 horas al día, siete días a la semana, mes a mes y año a año.
“Es imposible vivir con ese dinero”, dijo públicamente el pasado mes de julio la presidenta del Colegio Oficial de Trabajadores Sociales de Santa Cruz de Tenerife, Iris Gómez.
