La tesis doctoral La isla se autodescribe. Personaje, modelo de mundo e identidad en la narrativa de J. J. Armas Marcelo, Luis León Barreto y Víctor Ramírez entre 1978 y 1988, de la investigadora Virginia Martín Dávila, que fue defendida recientemente en la Universidad de La Laguna, describe el modelo identitario que impulsó una nueva literatura canaria en la Transición. Se trata de un trabajo enmarcado en el campo de la semiótica mediante de una doble vertiente definida por sus dos directores; los profesores Félix Ríos y Francescu Sedda, por un lado, una vinculación a los grandes sistemas y procesos de determinados autores y grandes obras canarias, y el más tradicional, asociado al examen de los textos literarios y los contextos sociales.
Así lo ha explicado la ULL en una nota, en la que detalla que en el estudio, calificado con un sobresaliente cum laude (máxima nota con elogio obtenida con el reconocimiento del jurado) y que además recibió una beca de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información, se ha valorado tanto el esfuerzo lingüístico como conceptual de Martín como viaje entre el español y el italiano, unido a los diferentes niveles de análisis y enfoques en la semiótica.
La ULL señala que durante el doctorado, la autora tuvo dos estancias en Italia que le permitieron profundizar en sus conocimientos teóricos en torno a los grandes semiólogos; desde la semiótica de la cultura de Yuri Lotman, pasando por el desarrollo de los procedimientos descriptivos de la narratología de Algirdas Julius Greimas y la semiótica literaria e indagación de personajes de Jacques Geninasca.
En el caso de la segunda parte del título de la tesis, señala los elementos que se definen en el texto científico, la primera, relativa a la isla, sirve como guiño poético a su aparato teórico. Esta abarca la década de 1978 a 1988 con un fin autodescriptivo de la esfera canaria para evocar las premisas teóricas que tienen como eje central la literatura isleña.
La elección temática no resulta casual, dado el origen de ambos directores; Ríos, por la parte canaria, y Sedda, originario de Cerdeña y experto en este ámbito. Según detalla la ULL, ambos se conocieron en un congreso internacional años atrás y el filólogo tinerfeño vio una oportunidad para sumar esta dimensión que trajo el semiólogo sardo a la investigación que iniciaría Virginia Martín.
De esta manera, se analizan tres obras de los autores “más canónicos” dentro de esta generación legendaria de las letras canarias, tanto a nivel académico como social y de ventas en el mercado. Se trata de Las naves quemadas (1982), de J.J. Armas Marcelo; Los espiritistas de Telde (1981), de Luis León Barreto; y Nos dejaron el muerto (1984), de Víctor Ramírez.
La ULL explica que la primera novela recrea la odisea de la conquista de América entre los siglos XV y XVI, partiendo de una isla canaria imaginaria en una mezcla de reconstrucción literaria y ficticia.
La segunda de ellas propone un rastreo por la historia del mestizaje cultural de Telde, tanto de la raíz prehispánica como todo lo que vino después como paradigma de la fusión cultural que existe en Canarias y las creencias que van más allá de la religión.
La última obra, que inspiró la película La caja (2007), parte de la muerte del odiado don Lucio, para, a través de los ojos de un niño que asiste como testigo al velatorio, hilar la vida de los habitantes de un barrio de Las Palmas de Gran Canaria durante la posguerra.
En cuanto a los autores, la ULL describe a Armas Marcelo “con mucha proyección nacional e internacional, principalmente en América latina”; León Barreto “es un ejemplo de reconocimiento a nivel regional, como precursor de su generación”. Por su parte, Ramírez “lleva su esfera literaria a lo más local, al propio barrio, y la reproducción de dialecto canario, aunque es un escritor que ha tenido una mayor trascendencia a nivel geográfico en las últimas décadas”, apunta la Universidad.
A pesar de sus diferentes ángulos, los tres autores confluyen en esta tesis como “máximos exponentes del cambio de paradigma literario que se vivenció en Canarias en el período analizado y que pervive hasta el presente”.
En ese tiempo, las obras ya no estaban tan centradas en el paisaje, sino que los personajes se convirtieron en sujetos que viven la historia de Canarias, con todo lo nuevo que trajo este período de transición hacia la democracia y la construcción del Estado de las autonomías.
Esta generación de escritores canarios creó una nueva forma de entender el mundo. “Un nuevo modelo para la democracia y una nueva forma de entender Canarias”, señala la nota.
La lectura de sus novelas queda mediada por la isla como marco de las grandes configuraciones identitarias del archipiélago en esa búsqueda de autodefinirse.
“Esto aporta a la literatura canaria una nueva capacidad de la sociedad de leerse a sí misma, convirtiendo a las islas en un sujeto histórico que vive y toma valor a nivel de sistema. Se consigue una transformación en la significación de las relaciones locales, que no son espacios inmóviles o aislados, sino que están abiertos a las culturas y realidades en esta forja de la identidad”, apunta la ULL.
Por última, la Universidad defiende que, a pesar de la disminución de producción literaria a partir de los años noventa, este modelo descrito en el trabajo de Virginia Martín sigue vigente, y escritores como León Barreto siguen en activo, como representante de este paradigma, a pesar de las modificaciones que ha experimentado en las décadas recientes.
“Así es que, por su amplia aportación al análisis de la historia de Canarias, así como a la semiótica de la isla, esta tesis se plantea como punto de partida hacia nuevas publicaciones y posibles monografías”, concluye.