Salud mental

Sin una cama en el hospital para una paciente psiquiátrica de Tenerife: ''¿Qué más tiene que pasar?''

Montserrat García en el Hospital Universitario de Canarias (HUC)

Natalia G. Vargas

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“¿Qué más tiene que pasar para que mi madre pueda quedarse ingresada?”, se pregunta Montserrat García. Desde marzo de 2023, su madre, una paciente psiquiátrica de 77 años, no deja de entrar y salir del Hospital Universitario de Canarias (HUC), en Tenerife. Sin embargo, Montserrat denuncia que aún no tiene un diagnóstico preciso ni una medicación. “Tengo de mi madre no sé cuántos diagnósticos. Unos coinciden, otros no”, cuenta.

Cada vez que recibe el alta, su situación en casa empeora. El 6 de noviembre del año pasado, vivió cómo su madre se autolesionaba. La ingresaron en el hospital y estuvo bajo observación en Psiquiatría, pero ocho días después los facultativos intentaron darle el alta. “Me dijeron que eso no era un hotel, que ahí no había camas suficientes”, asegura.

Montserrat se negó a llevarse a su madre del hospital, pero afirma que pocos días después apareció en su casa en un transporte sanitario. “Casi no la bajan de la ambulancia. Salió peor de lo que había entrado con el gesto autolítico”, dice. Una vez en su casa, la mujer dejó de comer, de beber e incluso de tomar la medicación. “El 27 de diciembre fui a dejarles una medicación y, cuando iba de camino a mi casa, me llamó una de las cuidadoras. Mi madre había agredido a mi padre”, recuerda.

El padre de Montserrat tiene deterioro cognitivo y solo puede salir de la cama con ayuda. “Cuando llegué mi padre estaba en el suelo con una brecha en la cabeza y mi madre junto a él. Al día siguiente tiró a la basura la comida que estaba haciendo una de las cuidadoras y a la otra le sacó un cuchillo”, añade. El 29 de diciembre la madre de Montserrat tuvo otro gesto autolítico. Fue entonces cuando volvieron a ingresarla.

“El 30 querían volver a traerla a casa, después de un segundo gesto autolítico. Yo soy la primera que no quiere ver a mi madre en esa situación, pero no tengo otra alternativa. Me han insistido en que la meta en un centro, pero mi madre es un peligro para sí misma y quizás también para el resto”, lamenta. “La salud mental es un problema grave en Canarias”, asevera. 

Aunque la madre de Montserrat no tiene un diagnóstico preciso, tal y como cuenta su hija, está tomando antidepresivos. Además, en diciembre le diagnosticaron un tumor en el riñón izquierdo. “Le han dado cita para una resonancia y en cuatro meses la ve el nefrólogo. ¿Y si se vuelve maligno?”, se cuestiona la tinerfeña. La vecina de Los Realejos insiste en que el sistema sanitario en Canarias está “desbordado”.

Desde el Hospital Universitario de Canarias subrayan que, aunque no pueden hablar del caso concreto, los motivos de ingreso y de alta son decisiones del psiquiatra según criterios clínicos. “Hay alteraciones de conducta que no se tratan en el ingreso”, explican. 

Además, desde el complejo hospitalario explican que las plantas de Psiquiatría acogen a los pacientes en la fase aguda de su trastorno mental para su estabilización y no para la cura. “La Salud Mental Comunitaria es el principio básico de la Salud Mental en España, atención a través de las Unidades de Salud Mental”, dicen desde el HUC. 

“La primera vez que mi madre ingresó por un brote la tuvieron en un pasillo de urgencias e incluso la amarraron. No la veía ningún psiquiatra, sino que iban pasando las enfermeras a tomarle la tensión o el azúcar”, recuerda. La mujer de 77 años ha tenido que ser atendida por sufrir períodos de conducta psicótica, alucinaciones visuales y auditivas, ideas de muerte pasiva, por dejar de comer, beber y medicarse y por intentos de suicidio. 

Montserrat ha presentado varias reclamaciones en las que insiste, tal y como ha podido comprobar esta redacción, que “en ningún caso hay intencionalidad de abandono por parte de familiares de la paciente”. Tanto su padre como su madre cuentan con cuidadoras en casa, pero ninguna de ellas son sanitarias que puedan solventar las crisis que la mujer ha tenido.

“Ruego que mi madre siga siendo tratada en ambiente hospitalario hasta mejoría suficiente, que permita que no presente alteraciones de conducta y hasta la aceptación de la medicación prescrita por la facultativa”, plantea en los documentos presentados. 

La vecina de Los Realejos, al norte de Tenerife, se ha reunido con el Diputado del Común, Rafael Yanes. Montserrat le trasladó las dificultades que su madre tiene para poder llevar una vida normal. Yanes se comprometió a ponerse en contacto con la Consejería de Sanidad para encontrar una solución. “Necesito un diagnóstico certero para que haya un tratamiento eficaz para mi madre”, insiste.

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