El Parque San Francisco, la polémica reforma de un referente sociocultural de Puerto de la Cruz que al fin logra consenso

Durante décadas, especialmente en los años 70 y 80 del siglo pasado, el Parque San Francisco fue un verdadero referente sociocultural del Puerto de la Cruz y, en realidad, de todo el norte de Tenerife. Allí se celebraban conciertos de rock y de otras tendencias musicales, venía el circo en sus distintas versiones, Teresa Rabal y sus canciones en boga, mítines políticos efervescentes de casi todos los partidos (incluso de Adolfo Suárez con UCD y, luego, el CDS), asambleas multitudinarias para votar y confirmar la primera huelga en hostelería de Canarias (1977-1978), galas del Carnaval y múltiples actos festivos, culturales y vecinales.

Su graderío de madera y hierro era muy similar a la mítica grada de Herradura del Heliodoro Rodríguez López, desaparecida tras la lenta reforma del estadio del CD Tenerife. Sus dimensiones parecían mucho mayores que el terreno que ocupaba en pleno casco de la principal ciudad turística del norte, pero sus años de esplendor comenzaron a palidecer a finales de los 80 y principios de los 90, prometiéndose, anunciándose y manoseándose una anhelada reforma que hoy, unos 35 años después y tras desmontarse su estructura, queda aún pendiente y tapada por un vallado de madera, metal y partes del antiguo muro justo en frente de la sede de Cruz Roja, así como por otras estructuras de madera y metal en la calle San Juan.

La rehabilitación y el nuevo espacio se toparon con problemas patrimoniales, como la posible afección a la iglesia anexa, la de San Francisco (del siglo XVIII) y la ermita de San Juan (creada entre 1599 y 1608) en la calle de ese mismo nombre. Además, lo planificado o, al menos, las intenciones de los gobiernos locales de turno fueron cambiando durante los mandatos y se ha quedado como una sempiterna promesa electoral que ha agitado un poco más la, de por sí, intensa vida política y partidista local.

De hecho, la hoja de ruta que se había marcado el exalcalde Marco González (PSOE, de 2019 a 2024, cuando lo lleva a la oposición una censura votada por PP, CC y su anterior socio, ACP) incluía lo que los socialistas presentan como “proyecto sostenible” que se ha topado con el rechazo, sobre todo, del PP y CC, que abogaban más por una reforma que permitiera un nuevo auditorio de grandes dimensiones. No obstante, y tras diez meses de “silencio”, según la visión de la oposición, el gobierno que dirige el conservador Leopoldo Afonso (PP) dio un giro en el último pleno extraordinario que hace coincidir ahora a la mayoría de partidos en la ciudad.

Ese día, el PSOE presentó una propuesta con el fin de “recuperar la hoja de ruta manifestada en el mandato 2019-2023 para crear una infraestructura verde con la ciudadanía y agentes culturales portuenses, a través de un proceso de participación que lidere el área de Cultura municipal para conformar el diseño y los usos del nuevo espacio Parque San Francisco”. Un objetivo que, según los socialistas, se consiguió porque, según recalcan los socialistas, “el gobierno local, más allá de declaraciones grandilocuentes en los medios hasta hace muy pocos días, ha cambiado de opinión y está finalmente de acuerdo con la hoja de ruta comenzada en el mandato 2019-2023”. Un cambio que se traduce en una edificación “más simple y con espacios verdes y de sombra, solucionándose el problema de accesibilidad de la casa Díaz Fragoso”.

Aunque lamentan que se hayan “perdido” diez meses desde la censura de agosto de 2024, el grupo que dirige González cree clave avanzar ahora para configurar la parcela desde la participación ciudadana y con todas las asociaciones culturales del municipio con el fin de aprobar de manera definitiva esta “hoja de ruta”, aunque consideran un gran logro que se deje atrás la idea de un gran auditorio que, a su juicio, hubiera puesto en peligro la iglesia y la ermita, dos de los bienes patrimoniales clave de esta parte de la localidad.

Además, piden clarificar también qué se hace con la antigua estación de guaguas ante las “discrepancias” entre los socios de gobierno y el cine Chimisay, abogando porque sea el área de Cultura la que lidere qué se decide en cada caso y siempre con el imprescindible apoyo del Gobierno regional y el Cabildo de Tenerife para los distintos proyectos y obras.