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El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

El decano novio de la cubana que quiso legalizar Mauricio te invita a un mitin de Soria

José Alberto Díaz, de Coalición Canaria, alcalde de La Laguna.

Carlos Sosa

Continuamos para bingo. El decano de la Facultad de Economía, Empresa y Turismo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Juan Manuel Benítez del Rosario, se ha sumado al carro del peloteo al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, y ha invitado a su alumnado a la misma conferencia-mitin que ya dictó el gran timonel en el Aula Magna de la Universidad de La Laguna a iniciativa del profesor Juan Romero Pi. Con esta invitación a un mitin electoral, Benítez del Rosario añade su nombre al del fiscal jefe de Canarias, Vicente Garrido y al del presidente del TSJC, Antonio Doreste, que invitaron a fiscales y a jueces y magistrados, respectivamente, al acto electoral que este sábado se celebrará en el Colegio de Abogados de Las Palmas para rendir pleitesía al candidato del Partido Popular por la provincia de Las Palmas. Juan Manuel Benítez del Rosario, decano de Economía, Empresa y Turismo, es por si no lo recuerdan, el novio de la ciudadana cubana a la que José Carlos Mauricio pretendió legalizar en España mediante un contrato de trabajo que la Policía y la Inspección de la Seguridad Social sospechan que es más falso que una moneda de tres euros. Benítez está imputado por la misma causa y deberá explicarle al juez Salvador Alba cómo es posible que él le ingresara al ex diputado y ex consejero de Hacienda de Canarias cada mes y durante cinco la cantidad exacta correspondiente a la cuota de la Seguridad Social de su novia. Mauricio y Benítez comparten además intereses empresariales relacionados con el asesoramiento, actividades y estudios turísticos, para lo que el conseguidor factura cada año cuantiosas cantidades de dinero a empresas del sector y, de vez en cuando, al Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana. Esa relación puede estar en el origen de que el decano enamorado haya decidido organizar en su facultad el mitin de José Manuel Soria, con el que Mauricio mantiene de un tiempo a esta parte una estrecha relación profesional y política. Quién lo ha visto y quien lo ve.

Tres revolcones en La Laguna

En un conocido restaurante de Tenerife se reunieron a comer no hace mucho el alcalde de La Laguna, José Alberto Díaz, y la lideresa en la sombra de Coalición Canaria y candidata al Congreso por Santa Cruz de Tenerife, Ana María Oramas. Hablaron de muchas cosas, según testigos presenciales, pero el alcalde lagunero se llevó para su casa un solo encargo concreto: “No pierdas ni una votación en el Ayuntamiento desde ahora hasta después de las elecciones”. Es de suponer que el interés de la señora Oramas no era otro que el de mantener en la segunda ciudad de Tenerife la imagen de que el pacto funciona y de que después del 20 de diciembre todo será igual que hasta ahora, salvo que se produzca un milagro y se pueda hacer una alianza con el Partido Popular allí donde logren sumar con otras fuerzas políticas. José Alberto Díaz, muy disciplinado él, trasladó a su grupo político municipal las instrucciones de la lideresa, y en el pleno de este jueves hubo algunos intentos que así lo demostraban. Se reunía la Corporación con carácter extraordinario para concluir el pleno que quedó inacabado, y en él se abordaba una veintena de mociones mayormente presentadas por una cada vez más inquieta oposición. Conocedores sus miembros de la instrucción de Ana Oramas, le hicieron tres pirulas al alcalde que le supieron a cuerno quemado. La primera llegó cuando se debatió una moción de Unidos se Puede, representación de Podemos en el consistorio, solicitando una rebaja en los tributos por IBI y por tasa de agua a los vecinos con dificultades económicas. El alcalde y su grupo, Coalición Canaria, trataron de desactivar esas pretensiones recurriendo a la secretaria para que informara de la imposibilidad de que a través de una moción se pudieran cambiar ejes centrales de los presupuestos. Todo se aclaró cuando Santiago Pérez explicó a los presentes lo que debían saber, que una moción es una declaración política y que, en el caso de aprobarse la que se debatía, se trataba a continuación de iniciar un expediente para ejecutarla. Coalición interpuso enseguida una enmienda para corregirla, pero la mayoría absoluta del Ayuntamiento, radicada en la oposición, la tumbó por un contundente 15 a 12. Primer revolcón con arte natural.

Segundo revolcón con tirabuzón

Lo mejor vino después. La segunda moción, también de Unidos se puede, que representa Rubens Ascanio en el Ayuntamiento de La Laguna, pretendía que se aprobara un convenio de colaboración con la Universidad para formación de becarios. Coalición Canaria, que no el grupo de gobierno (CC-PSOE, presentó rápidamente una enmienda alternativa que no había por dónde cogerla. El alcalde saca a votación la enmienda de su grupo y es tumbada nuevamente por un aplastante 15 a 12 (15 de la oposición en bloque, Unidos, PP, Ciudadanos y Nueva Canarias, frente a los siete de CC y los cinco del PSOE). La segunda, en la frente. Pero cuando tocaba someter a votación la moción del grupo proponente, este la retira del pleno para que sólo quedara constancia de la derrota, la segunda de la mañana, del grupo municipal del señor alcalde. La falta de tacto político de Coalición Canaria se hacía cada vez más palpable: lejos de consensuar la defensa de la posición del grupo de gobierno con su socio a trancas y barrancas, pero socio al fin y al cabo, el PSOE de Javier Abreu, las mociones eran contestadas por CC como si defendiera una mayoría absoluta que no tiene. El resultado fue que los socialistas apoyaron a regañadientes en estos dos primeros asuntos a su socio pero le prepararon la estocada final cuando llegó la siguiente moción.

El PSOE cambia de bando

Y la estocada llegó cuando se debatió una nueva moción con la que se pretendía que la ciudad de La Laguna se desmarcara de las directrices generales de Coalición Canaria, y más concretamente del presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, para la implantación del gas en la isla. Era una moción con un resultado complejo porque la posición del Partido Popular y de Ciudadanos hacía pensar que la propuesta iba a ser tumbada mayoritariamente. Pero una vez más el alcalde José Alberto Díaz vio imposible cumplir las instrucciones de Ana Oramas y sufrió la derrota más humillante de la mañana. Porque mientras el PP de Antonio Alarcó y Ciudadanos, liderado en La Laguna por Teresa Berastegui, se abstenían durante la votación de la moción, al resto de la oposición (XTenerife-Nueva Canarias y Unidos se puede) se unieron los votos de los concejales del Partido Socialista, con lo que los siete concejales de CC volvieron a quedarse completamente solos. El gesto no es baladí porque, por un lado, representa un posicionamiento contra el gas del segundo municipio de la isla de Tenerife, donde se da por sentada la implantación de este combustible fósil para, entre otras cosas, justificar el disparate del muelle de Granadilla. Y, en segundo lugar, que el PSOE se haya alejado de su socio argumentando razones vinculadas con su negativa a las prospecciones, no fue sino una excusa para volver a marcar el territorio de cara a una inminente ruptura que seguramente se materializará en Año Nuevo. Hasta al PP le parece lamentable el modo de gobernar la ciudad por parte de Coalición Canaria, e incluso se le ve cómodo apoyando iniciativas de la marca local de Podemos. Las represalias de Díaz no se hicieron esperar: a diversos actos convocados para la tarde de este jueves no invitó a ningún miembro de la Corporación que no fuera de su partido. Le respondió con la fórmula habitual Javier Abreu, que sólo invitó a la oposición al encendido del alumbrado navideño. Y allí estuvieron todos la mara de contentos. Permanezcan atentos a sus pantallas porque el desenlace de este mandato en La Laguna está aún empezándose a escribir.

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