Se desconchaba la 'operación Román'

Pero la hecatombe socialista no sólo ha perjudicado al PSC, también se ha llevado por delante algunos cálculos y proyectos realizados con las encuestas en la mano por sesudos expertos de la politología canaria. Román Rodríguez, con datos demoscópicos actualizados casi en tiempo real, contaba con alcanzar hasta seis diputados regionales, pero el desvío de miles de votos socialistas hacia opciones minoritarias de la izquierda y en parte al PP, dio al traste con la operación. Los 15 diputados del PSC, más los 3 de Nueva Canarias quedan muy lejos de aquellos 25-26 que esperaban alcanzar con un resultado socialista en torno a la veintena. Tal escenario, con una previsible caída de Coalición Canaria en circunscripciones como Gran Canaria, Lanzarote o La Gomera, invitarían a Antonio Castro Cordobez a dar el paso más valiente de su vida: romper el nacionalismo para recuperar por un momento el germen de las AIC y constituirse en satélite independiente de La Palma, desde donde sumar sus votos a una opción progresista a la que se habrían invitado a otras formaciones como Asamblea Majorera. Román Rodríguez, que había advertido seriamente al PSOE con la debacle que finalmente se produjo, acariciaba así su ansiado sueño de romperle a Paulino el invento en mil pedazos. Pero las urnas hablaron en sentido contrario, y Nueva Canarias se encuentra con nulas posibilidades de gobernar en Canarias, con problemas en Telde y con un dilema en el Cabildo de Gran Canaria: o Román respalda a Bravo de Laguna, del PP, o tendría que sumar sus cinco consejeros a los siete de Carolina Darias (PSC) y los dos de Bañolas (CC). Y ahí empiezan a aflorar los ronchones.