En lo que se equivocó Saavedra

En lo que sí cabe reprender políticamente a Saavedra es en haber tratado de escuchar las propuestas de la parte privada que sale peor parada con la sentencia de Emalsa (los inversores franceses) sin antes haber escuchado lo que pretende la empresa ganadora, que encima está más cerca: Canaragua, filial canaria de Aguas de Barcelona. Esta firma no está nada conforme con el método florentino empleado, aunque no es ese el motivo por el que ha decidido reclamar al TSJC la ejecución de la sentencia, que básicamente obliga al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria a adjudicarle la explotación de Emalsa en sustitución de Saur. Su responsable local, José Juan González Batista, lo dejó claro este viernes en Ser Las Palmas: “El alcalde, en lugar de ir a París, debió ir a Lourdes”. Y si no hay dinero para indemnizar a Saur, que se lo pidan a los bancos, que tienen que mover activos, sugieren más florentinamente los ganadores del pleito.