El fondo de la cuestión

Marino Alduán se llegó a quedar casi solo en aquél pulso con el plenipotenciario Soria que, como recordarán, adoptó posturas chulescas en el pleno del Ayuntamiento en el que creyó demostrar que el concejal de CC había patinado estrepitosamente. Pero la Justicia, al golpito eso sí, ha acabado dándole la razón dos años después. Leyendo con calma la sentencia, nos encontramos con un párrafo ciertamente glorioso, del que extraemos sólo una parte: “habiendo quedado acreditado que dicha recalificación se produjo, que en ella intervino el señor alcalde y que la recalificación pudiera producir un beneficio para los hoy demandantes [la hermana de Soria y su esposo], dichas declaraciones [las de Alduán] no pueden entenderse fuera de lo amparado por el derecho a la libertad de expresión (...) en el campo de la crítica política”. Esta afirmación y el espíritu en que se sustenta ha llevado a que la gente de CC ande estudiando jurídicamente el asunto, por si pudiera o pudiese reabrirse.