Otro otoño socialista grancanario

El PSC en Gran Canaria pasó la prueba. Lo que estaba pasando en esta isla y que hacía inútil al partido para generar ilusión o para ganar elecciones, es algo que ya sucedió en la archifamosa Federación Socialista Madrileña. Sólo un hiperliderazgo como el de Felipe González pudo sobrevolar a los disparates de esa federación, cuya patología se remonta a la Segunda República. Zapatero después de lo de Simancas, si pudiera, debió meter la guadaña y no dejar ni titere ni cabeza. Rafa, como él llama a Simancas, y Blanco, y todos los que estuvieron en la película, incluso el apuntador, pa'fuera y afrontar otras elecciones con otra gente. Aparecer en Parla con “Rafa” da cuenta de por qué en España el charlotín -como llamó a Aznar el líder cántabro del PP de otra época- ha sido posible. Porque la oposición no tiene el vuelo ni las posibildades de un águila, sino que, al parecer va lastrada como un burro por conflictos orgánicos, querellas internas que cuando llega el momento electoral pasan una factura impagable. Canarias merece un partido socialista capaz, y todo ese franquismo (o chanismo) y ese eduardismo, deben desaparecer. Es el lastre de una vida orgánica que tuvo en Las Palmas líderes orgánicos como García de Quer (imposible ¿verdad?). Pues en septiembre u octubre hay otra vez examen. En la Agrupación Socialista de Las Palmas de Gran Canaria se la juega el PSC-PSOE. Algunos sueñan con un futuro mejor que éste, interpretado por gente mejor que las del personaje plateado del partido. Que de eso no se privan: también tienen a su señor Plateado.