Una partida de boliches

La pirula que le han hecho (se consumará en breve) a Soria y al presidente del Cabildo de Lanzarote, El Cintura, no se asemeja, ni de lejos, a las carambolas del snooker, el juego de billar más exquisito y complejo. Tampoco puede compararse a una partida de billar americano, asequible al aficionado más dado a hacer chocar las bolas antes de meterlas en las troneras. Es tan primaria la pirula, de la que Soria es principal damnificado, que la podemos situar en el juego infantil de los boliches o canicas. Tú me la jugaste con Paulino, que te levantó la alcaldía de Santa Cruz de La Palma, y ahora te la devuelvo del siguiente modo: te animo a que eches a los consejeros de CC al tiempo que aviso a los del PIL de Dimas y les pido que se manden a mudar a continuación. Cuando mires para mí, me encojo de hombros y te hago caer en la cuenta de que entre los tuyos y los míos no sumamos mayoría. Así que, Cinturita, la encharcaste: media, cuarta, pata y gua.