La tierra se abre en esta parte del mundo en mil y una bocas desde las que se escupen azufres y vapores. Estamos en las faldas de uno de los conjuntos volcánicos activos más espectaculares del planeta. Constructores gigantes de paisajes increíblemente bellos y fértiles de todo el mundo. Pero también capaces de destruirlo todo en un instante (sólo hay que recordar la erupción de 1985 que lanzó un río de lodos y azufre sobre varios pueblos que, literalmente, desaparecieron del mapa). El Nevado del Ruiz manda sobre este altiplano mágico donde se yerguen cuatro gigantes: el propio Ruiz; Santa Isabel; Quindio y Tolima. Estos cuatro grandes nevados se asientan en un entorno mágico de fumarolas, grandes cráteres, lagunas de alta montaña y grandes páramos de gran belleza. El más conocido de estos páramos y quebradas es el Valle de Las Tumbas, un paraje desolado a más de 4.000 metros de altitud que nos regala paisajes lunares, geiseres, cascadas…Uno de esos lugares maravillosos a los que hay que ir al menos una vez en la vida.
El acceso al Parque Nacional de Los Nevados (ver iconos color violeta en el mapa) se hace desde la ciudad de Manizales (97 kilómetros). Es posible subir hasta las alturas en coche de alquiler aunque lo más normal es contratar alguna de las excursiones que se ofertan (que generalmente se centran en algún punto en concreto del parque o algún sendero -generalmente el Valle de Las Tumbas-). ¿Es difícil ir con coche propio? No. Entrar con vehículo supone pagar una sobretasa además de la entrada al parque (la entrada al parque cuesta unos 14 euros -2025- y el coche paga unos dos euros). Otra opción es contratar la Ruta Circular que ofrece el parque (6,5 euros en 2025) que recorre la zona de las Brisas y el Valle de Las Tumbas. Ojo. Hay que estar en el Centro de Visitantes antes de las 9.30 horas para asistir a una charla informativa e inscribirse como visitantes. Aquí te asignan a un guía que te acompaña a las zonas restringidas del parque.
El camino hacia las nubes.- La Vía del Nevado del Ruiz es la mejor manera de acceder al parque Nacional para el viajero. Esta carretera está totalmente asfaltada y te da la posibilidad de ascender a las alturas con un coche ‘normal’ (aunque debe ser potente). La otra senda que nos conduce hasta el parque es la Vía al parque de los Nevados de la ‘Y del Parnaso’, una carretera de alta montaña espectacular que sube entre bosques, cascadas y grandes prados pero que tiene el hándicap de ser de ripio (tierra apisonada). El acceso al parque por esta vía es el Centro de Interpretación de La Cueva, junto al Nevado Santa Isabel y la Laguna Verde (ver iconos naranjas en el mapa). Este acceso es casi exclusivo de las agencias de turismo. Lo mejor de esta excursión es poder acercarse al Glaciar de Santa Isabel, el más grande del parque (aunque está en franco retroceso).
El grueso de las visitas se introduce en el parque por Las Brisas. Si vas por tu cuenta es la mejor manera. El camino hasta Las Brisas es sencillo y muestra los cambios que la altura produce en los paisajes andinos. Por encima de los 3.000 metros los bosques de niebla y los prados van dando paso al páramo, un paisaje surrealista donde reinan los frailejones. Esta planta es un endemismo de los Andes norteños (Colombia, Venezuela y Ecuador) y es vital para los ecosistemas locales ya que ayuda a captar las aguas de la niebla y llevarla hasta el suelo. La primera parada de alta montaña es la Laguna Negra, una pequeña reserva natural donde puedes ver al Pato de Páramo y que se encuentra a medio camino entre el bosque húmedo y el páramo. Desde aquí la carretera sube hasta el Valle del Frailejón, primer encuentro con el páramo y antesala de las primeras grandes alturas del parque. Este lugar es espectacular. Aquí es fácil ver grandes cóndores y diminutos colibríes chivitos volar entre los frailejones. Otros habitantes ilustres de estas alturas son el Puma y el Oso de Anteojos aunque es bastante complicado verlos.
Las Brisas, la puerta de entrada a los ‘súper páramos’.- El centro de Visitantes de Las Brisas es un punto de parada obligado en sentido estricto ya que es de obligado cumplimiento inscribirse y recibir una pequeña charla sobre la normativa de acceso al parque. Aquí te van a asignar al guía que te va acompañar hasta el Valle de Las Tumbas. El paseo (por ruta de tierra) atraviesa los llamados superpáramos, un ecosistema marcado por la dureza. Estas zonas marcan las áreas de retroceso del glaciar y apenas dan sustento a musgos, líquenes y algunas plantas herbáceas de gran resistencia. En este caso, los paisajes volcánicos completan una visión de otro mundo: Aguacerales y sus musgos que beben directamente de los hielos; Arenales y sus cenizas volcánicas; la espectacularidad del Valle Lunar y, para finalizar el Valle de Las Tumbas.
Las alturas de los nevados formaban parte de la religión de los Quimbaya. Para los indígenas de estas tierras, el Ruiz, con sus más de 5.000 metros de altitud tenía dos caras: cuando estaba de buenas lo llamaban Tama, o Padre Mayor. Pero cuando entraba en erupción recibía el nombre de Tabuchía (literalmente fuego). La combinación de fuego, hielo y rocas da lugar a mortíferas avalanchas de lodo y piedras como la que sepultó el pueblo de Armero en 1985. No es de extrañar que los hombres y mujeres que vivían a los pies de este gigante lo convirtieran en un lugar sagrado. El Valle de las Tumbas recibe su nombre de las formaciones volcánicas y fumarolas que le dan aspecto de cementerio. Los Quimbaya no se enterraban aquí, pero sí era un lugar de peregrinación (se han encontrado muchos restos de cerámicas que se han interpretado como ofrendas).
La carretera más bonita de Colombia.- Para viajeros en tránsito. La carretera entre Maizales y Murillo está considerada como la más bonita de toda Colombia. Si has subido hasta el ‘Ruiz’ desde Manizales ya has hecho más de la mitad de los 84 kilómetros de la ruta por lo que no es mala idea seguir adelante si has preparado un viaje de etapas por el Eje cafetero. Si tienes que volver a la zona de Manizales no dejes de ver estos lugares: la Cascada del Río Gualí; la Quebrada Seca y las Aguas Termales de Sifón (10,1 kilómetros desde el desvío que sube hasta el Centro de Visitantes de Las Brisas -20,2 kilómetros ida y vuelta-)
Fotos bajo Licencia CC: Mark Horrell; Diego Robayo; Belinda Grasnick; ManuB.; Mike and Lara; orientalizing; Triángulo del Café; Juan Camilo Gómez