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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Una pequeña guía de Tabernas: un desierto de cine en el levante de Andalucía

Viajar Ahora

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La provincia española de Almería es uno de nuestros destinos españoles preferidos. Tiene un poquito de todo: para nosotros las mejores playas del Mediterráneo español, una capital llena de detalles históricos imponentes y de las tapas más ricas del país, lugares mágicos como La Alpujarra… Tabernas es otro de esos sitios especiales. Esta zona próxima a la capital se sitúa en un lugar geográficamente muy especial en el que se combinan las condiciones geológicas y climatológicas para crear una pequeña joya: el único desierto de verdad de Europa. Esta zona en forma de hoya se encuentra justo en una depresión rodeada de grandes sistemas montañosos: Sierra Nevada, Los Filabres y La Alhamilla. El resultado de esta combinación de alturas hace que este lugar (que sólo está a unos kilómetros del litoral) quede aislado de las corrientes húmedas del Mediterráneo. Sol y un bajísimo régimen de precipitaciones impide el crecimiento de vegetación de porte. Y eso ocasiona que cuando llueve, las escorrentías crean grandes cárcavas que se llevan la tierra fértil y dejan las tripas del terreno a cielo abierto. Los científicos lo llaman ‘badlands’. Tierras malas.

Pero nada más lejos de la realidad. No son tierras malas. Son tierras de una gran belleza paisajística y de un magnetismo indudable para el viajero. Tierras ásperas pero que han sido, desde tiempos remotos, una fuente de riqueza para los que han vivido aquí. Llegando desde Almería, la puerta de entrada a este hueco desértico de casi 300 kilómetros cuadrados de superficie es la rambla del Río Andarax. Por aquí se dice Andarax, Andarax, pero no te mojarás. Por aquí baja poco agua a lo largo del año. Pero aún así, esta vega fue el eje de una de las primeras civilizaciones urbanas de la Península Ibérica. Los Millares (Carretera Venta Los Millares (AL-3411) -Santa Fe de Mondújar-; Tel: (+34) 677 903 404) es un antiguo poblado calcolítico (Edad del Cobre) y del primer Bronce que fue habitada entre los años 3.200 y 2.200 antes de Cristo. Es un lugar complejo con murallas, fortines, grandes tumbas monumentales y una trama urbana que supera las 19 hectáreas de superficie. A pocos metros la Torre Nazarí de Santa Fe de Mondújar pone de manifiesto que los hombres y mujeres vivieron aquí durante varios milenios antes de la llegada del cine y su inmenso caudal de visitas.

El pueblo de Tabernas ejerce de capital del desierto. Esta población pequeña tiene un bonito castillo de origen árabe (siglo XI); una iglesia mudéjar notable (Nuestra Señora de la Encarnación); una vieja sinagoga reconvertida en ermita (San Sebastián), un espectacular centro de interpretación comarcal en el que puedes entender todo el espacio y miles de olivos que producen un aceite de oliva potente y buenísimo. Pero Tabernas es famosa en el mundo gracias a una de las figuras más importantes del cine mundial: Sergio Leone. El año que cambió todo fue 1956. El director francés Cayatte convirtió al desierto almeriense en un escenario norteafricano para rodar Ojo por Ojo. Fueron los primeros pasos para convertir a la comarca en un escenario recurrente. El boom llegó con Leone y su trilogía del dólar (Por un puñado de dólares -1964-; La muerte tenía un precio -1965- y El bueno, el feo y el malo -1966-) en la que un joven Clint Eastwood habla poco, dispara mucho y reparte hostias como panes. Desde entonces, Tabernas fue muchas veces el lejano oeste; fue el desierto arábico en la mítica Lawrence de Arabia; Egipto en la monumental Cleopatra; el norte de África en Patton; Aquilonia en Conan el Bárbaro;  Vaes Dothrak en Juego de Tronos… La lista es gigantesca e incluye películas de dudosa calidad y verdaderos clásicos del cine de todos los tiempos: algunos de antes de ayer (Exodus, Dioses y Reyes -2014-; Blade Runner 2049 -2017- o Wonder Woman 1984 -2020-).

Platós convertidos en parques temáticos.-  Oasys Minihollywood se levantó en 1965 como escenario para la película La muerte tenía un precio; Fort Bravo se construyó un año más tarde para servir de telón de fondo de El bueno, el feo y el malo y, finalmente, Western Leone fue el pueblo de Hasta que le llegó su hora. Estos tres lugares se convirtieron con el paso de los años en parques temáticos en los que se escenifican atracos, ejecuciones, espectáculos de salón, peleas y tiroteos. Nosotros sólo conocemos el primero de ellos y podemos decir que merece la pena visitarlo. Más allá de los actores haciendo como que se pegan, los disparos y la comida rápida, estos lugares son verdaderos museos al aire libre sobre la época dorada del cine en Almería. En Oasys Minihollywood, por ejemplo, se ha dedicado una buena parte del poblado a rescatar la historia de estos rodajes míticos (también hay un zoológico y un jardín de cáctus). Ojo, estos tres pueblos del lejano oeste aún se siguen usando como platós cinematográficos. La película The Sister Brothers –de 2018- usó como decorados Oasys y Fort Bravo.

El entorno de estos parques temáticos también está lleno de localizaciones cinematográficas. En los alrededores de Oasys tenemos un par de lugares interesantes: el oasis de Lawrence de Arabia; la cantina de La muerte tenía un precio o la llamada Rambla Leone, cauce seco que fue uno de los lugares recurrentes en las películas del genio italiano. Otro punto importante es el Barranco del Buho (acceso desde A-92) dónde se han rodado más de una veintena de películas con títulos míticos de la talla de Indiana Jones y la Última Cruzada o Patton. Para los cinéfilos se han habilitado tres rutas cinematográficas por la comarca (con carteles informativos en las localizaciones más famosas) en las que se puede rastrear la relación de la provincia con el séptimo arte.

Mucho más que cine.- El desierto de Tabernas es mucho más que un inmenso escenario cinematográfico. Apabulla la dureza de su medio natural, con lugares únicos (no dejes de subir la Escalera del Cautivo cerca de Oasys Minihollywood, ver formaciones rocosas curiosas como la Cola de Dragón o el Cerro Tortuga y acercarte al Cerro Castillejo). También desde Oasys parte la pista de tierra que asciende hasta las cimas de la Sierra de Alhamilla, desde donde puedes ver este espacio natural en toda su amplitud. El desierto no es el vacío. Ni mucho menos. Es un ecosistema complejo en el que pueden verse multitud de especies de bichos. Los más abundantes son los pájaros: desde grandes rapaces como águilas, búhos, halcones y cernícalos a otras especies como la perdiz, la graja o el gorrión. En algunas épocas del año, y en torno a las escasas acumulaciones de agua de la zona, también pueden verse garzas. Las ramblas y las escorrentías son los lugares más frecuentados por los escasos mamíferos que viven aquí (zorros, liebres y lirones son los más abundantes) y por los reptiles (tortugas moras, culebras de escalera, lagartijas, salamanquesas…). Insectos, a porrillo. Es un ecosistema riquísimo pese a las apariencias.

Pero también es un lugar con una historia muy fecunda. Ya te hablamos del Castillo de Tabernas, por ejemplo. Hoy esta fortaleza está muy deteriorada, pero fue una de las alcazabas más importantes del Reino de Granada y fue el escenario de importantes hechos como la capitulación de Almería y su entrega a los Reyes Católicos en 1489. Los pueblos de este rincón de Almería atesoran verdaderas joyas. Otra muestra es Gérgal. Aquí puedes ver una de las mejores torres fortaleza de la provincia, el Castillo de Gérgal, y una bonita iglesia del siglo XVI con arquerías preciosas. Y hay mucho más. Sólo hay que ir y venir por las ramblas, visitar sus pueblos y llegarse a sus rincones y ramblas. Y el desierto no lo es tanto.

Fotos bajo Licencia CC: Pablo; Emilio del Prado; Luis Daniel Carbia Cabeza; Roy Luck; Vince Smith; Ángel M. Felicísimo