Restauran la misteriosa Cruz de Melián de 1900 derribada por el viento en 2013

Primitivo Jerónimo (izquierda), junto a la Cruz de Melián, con el ebanista Miguel Ángel Leal Garbalena y un grupo de senderistas.

La Palma Ahora

El Paso —

La Cruz de Melián vuelve a estar sobrecogedora en el lugar que ocupa desde hace más de 114 años sobre las lavas del volcán de El Charco, en el lugar conocido como Casas Viejas, por donde discurre lo que hoy es uno de los caminos más transitados por los senderistas y deportistas, ha explicado el promotor de la recuperación de la singular estructura, Primitivo Jerónimo, ex consejero de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo y actual concejal de CC en el Ayuntamineto de El Paso. “Contacté con Mike, el carpintero, le llevé la cruz y construyó una igual que fuimos a colocar hace dos semanas. Para mí fue una enorme satisfacción”, indica.

Detalla que la misteriosa Cruz se ha restaurado “gracias a la gentileza del ebanista Miguel Ángel Leal Garbalena, propietario de la Carpintería Lidia”. La cruz original fue derribada en el temporal de viento del año pasado y se mantuvo en pie desde el 17 de junio del año 1900. “Estaba construida en madera de tea y situada en el barrio de El Charco, en el lugar conocido como Casas Viejas, justo en la confluencia de los límites municipales de Los Llanos, El Paso y Fuencaliente”. La cruz original, añade, “parece que estuvo coloreada en verde oliva sobre estuco y posteriormente en plata y azul celeste, color éste que la acompañó en los últimos 60 años. Se sitúa sobre las lavas del volcán de El Charco cuya erupción tuvo lugar en el año 1712”. El pedestal, continúa, “está edificado sobre una roca y sobre él un basamento construido en piedra basáltica con relieves simétricos tallados a mano. Originalmente se colocaron dos imágenes de Cristo crucificado a ambos lados de la cruz sin que existan más referencias que las hendiduras en la madera donde se colocaron los tres clavos sagrados”.

Los vecinos de El Charco, recuerda, “celebraban novenas coincidentes con cada tres de mayo durante casi todo el siglo pasado. La Cruz de Melián, orientada de Norte a Sur, está situada junto al Camino Real que unía la capital de la Isla con el Valle de Aridane o La Banda, como se conocía entonces, a unos 700 metros de la actual carretera del Sur y servía de descanso para los caminantes que se iban a adentrar en la comarca oeste”.

La réplica construida por Miguel Ángel Garbalena, apunta, “mantiene las mismas dimensiones, elaborada con madera de tea y con los ornamentos y relieves iguales a la original. La colocación de esta cruz difiere absolutamente con el resto de cruces votivas de esta secular ruta de caminantes ya que éstas no mantienen elementos ornamentales y suelen colocarse en hornacinas como mecanismo de protección de las inclemencias del tiempo”.

La Cruz de Melián está “colocada en lo que hoy sigue siendo la finca de la Familia Sotomayor, que abarca desde mar a cumbre y su historia y origen sigue siendo un misterio para los vecinos de El Charco y Las Manchas que no saben con certeza cuál fue la razón de su construcción y colocación en aquel lugar solitario del malpaís de El Charco”.

“Últimamente”, expone, “se están haciendo algunas investigaciones, sin tener todavía datos empíricos, por Reinaldo Pérez, residente manchero en Venezuela que cree que este hecho responde al óbito del comerciante ambulante Melián de Las Casas, de origen catalán, que vendía útiles del hogar”.

Para el transporte de la mercancía, relata Primitivo Jerónimo, “contrató entre los años 1891 y 1894 a dos hermanos de la comarca de Las Breñas. Un día marcharon de Fuencaliente a Los Llanos, pernoctando en la era de Casas Viejas, a escasos metros de donde hoy está la cruz. Los muchachos dieron muerte a Melián fracturándole el cráneo con una piedra para robarle dinero y enseres y fueron capturados quince días después deshidratados y hambrientos. El apoderado de la casa encuentra el cadáver en la madrugada y lo traslada hasta donde hoy está la cruz por miedo a que lo involucraran en el crimen”.

El cadáver fue “enterrado en Santa Cruz de La Palma y, cinco años más tarde, el único hermano de la víctima, procedente de Cataluña, llegó a La Palma haciendo averiguaciones sobre el paradero de su hermano al que creía vivo en esta Isla. Al enterarse del asesinato de Melián mandó construir y colocar la cruz. Posiblemente el desconocimiento sobre el origen de esta cruz tenga que ver por el miedo acumulado por las gentes del lugar ante las horribles circunstancias que motivaron su construcción. Pero hoy, gracias a la labor desinteresada de Mike Leal, la Cruz de Melián vuelve a estar sobrecogedora en el lugar que ocupa desde hace más de 114 años por donde discurre lo que hoy es uno de los caminos más transitados por los senderistas y deportistas”.

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