Seis meses de cárcel y multa por morder a un policía en un colegio donde se vacunaba contra la COVID en Tenerife

Una sanitaria administra una vacuna contra la COVID-19.

Efe

26 de abril de 2024 11:55 h

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La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a seis meses de prisión y al pago de una multa de 200 euros a una mujer que mordió a un agente de la policía en el exterior de un colegio tinerfeño en el que se vacunaba contra la COVID.

La mujer deberá pagar, además, otros 162 euros al agente por las heridas que le causó después de que este le requiera para que se identificase.

Una profesora y una sanitaria la habían denunciado porque estaba sacando fotos al coche de la doctora y había llamado asesina a la docente, por lo que la policía se personó en el lugar y por tres veces consecutivas obtuvo una negativa a que se identificara, pese a las advertencias de que cometía un delito de desobediencia.

Tras pedirle que los acompañara a dependencias policiales la mujer intentó huir, por lo que fue retenida, momento en el que mordió la muñeca derecha de uno de los agentes que intentaba inmovilizarla, lo que causó inflamación y una herida con sangre que se curó en tres días, tras lo que el agente presentó una reclamación.

Impuesta la condena en primera instancia, la procesada alegó en la Audiencia que no había constancia de que se hubieran cometido estos hechos ni de que se hubiera resistido de forma grave a la autoridad, por lo que pedía su absolución.

Sin embargo, el fallo inicial quedó ratificado basándose en el relato que hizo el policía agredido y los partes médicos, pruebas que el juez descarta que sean “arbitrarias, ilógicas o absurdas” y que por el contrario encajan en el relato de los hechos.

La mujer reconoció en la vista oral que aquel día había tenido un incidente con un agente e incluso que lo había mordido pero dijo que fue una reacción defensiva ante la actuación “injustificada y desmesurada” de los agentes que, según contó, se abalanzaron sobre ella y la tiraron al suelo.

Versión esta última que negaron los agentes y no contó con ningún respaldo probatorio, por ejemplo, en el parte médico hecho aquel día no consta que sufriera lesión alguna pese a asegurar que “fue víctima una fuerza desmedida y violenta”.

La mujer también negó que insultara a la docente y sacara fotos del coche de la doctora mientras se llevaba a cabo la vacunación de los escolares y dijo que estaba en el lugar informando a los padres de que era necesario un consentimiento firmado antes de que sus hijos fueran vacunados.

Los policías sí reconocieron que ante la resistencia que oponía la mujer y su negativa a identificarse la tiraron al suelo y mordió a uno de ellos cuando le estaban poniendo las esposas. 

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