Una rebelión en el PP de La Laguna provoca dos revolcones de la oposición al grupo de gobierno (CC-PSOE)

Antonio Alarcó, senador y portavoz del Partido Popular en La Laguna./ Ramón de la Rocha (EFE)

Carlos Sosa

Santa Cruz de Tenerife —

Antonio Alarcó, senador y portavoz del Partido Popular en La Laguna, se quedó demudado cuando una voz surgida del seno de su grupo en el Ayuntamiento de La Laguna le susurró “ya está bien”. Tres de los cuatro concejales populares en ese Ayuntamiento se plantaban ante su líder para comunicarle que no querían seguir siendo cómplices del gobierno de Coalición Canaria y el PSOE y que se abstendrían en las mociones promovidas por la oposición para reprobar al alcalde, José Alberto Díaz, y a su antecesor y actual presidente de Canarias, Fernando Clavijo.

Antonio Alarcó acababa de desplegar toda su habilidad dialéctica para anunciar la noche de este lunes ante el pleno de la Corporación que su partido votaría en contra de las mociones que planteaban los demás grupos de la oposición (Unidos se Puede, Ciudadanos, Por Tenerife-Nueva Canarias y los dos concejales expulsados del PSOE). Pero ante la rebelión de sus ediles, Alarcó recogió velas y votó con ellos.

El resultado fue 13 votos a favor de las reprobaciones, nueve en contra (CC y las dos concejalas oficialistas del PSOE) y cinco abstenciones, entre las que se contabilizaron los cuatro concejales del PP y el voto de Zebenzuí González, que, al ver que el grupo de gobierno se quedaba en minoría, optó por ponerse del lado de los abstencionistas y ahorrarse de ese modo las críticas que viene recibiendo por su apego al gobierno municipal.

Zebenzuí González es el famoso concejal expulsado del PSOE después de que este periódico revelara los mensajes de WhatsApp en los que presumía de acceder a relaciones sexuales con las mujeres subordinadas que él enchufaba en el Ayuntamiento. Desde su expulsión mantiene una exquisita relación con las otras dos concejales del grupo socialista, las únicas de los cinco representantes obtenidos por el PSOE en 2015 que todavía continúan manteniendo responsabilidades de gobierno con Coalición Canaria.

La oposición municipal de La Laguna plantea recurrentemente cuestiones de calado político a los plenos municipales para poner en evidencia la exigua mayoría que mantiene al alcalde José Alberto Díaz. El respaldo del PSOE de La Laguna, roto internamente por la expulsión del que fuera su secretario general y actual concejal, Javier Abreu, mantiene vivo al alcalde. Pero escaramuzas como las de este lunes, que la oposición proclama como un gran éxito político, el alcalde desprecia sin recato, como hizo este mismo lunes. Y como hizo cuando desoyó los acuerdos de la Corporación en pleno instándole a crear unos órganos de control de la gestión cuya ausencia provocaron precisamente una de las mociones que prosperaron este lunes.

Pero si resulta noticia que el grupo de gobierno de La Laguna se siga llevando revolcones, más extraordinaria resulta la ruptura interna que ha sufrido el Partido Popular, cuyos concejales de base se han rebelado frente a la complicidad que en muchas ocasiones manifiesta su líder frente a Coalición Canaria. Todos los presentes, tanto los que reparaban en esa rebelión como los que siguen extrañándose de la entrega del PSOE, recordaron las cosas que pasan en el Hospital Universitario de Canarias, desde donde Coalición Canaria extiende su influencia hacia el cirujano Antonio Alarcó y los empleados aprobados por el líder en la sombra del PSOE lagunero, el psicólogo Pedro Ramos.

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