Crítica

'Poquita fe', una serie absurda para reflejar lo absurdo de nuestras vidas al estilo 'Qué vida más triste'

Raúl Cimas y Esperanza Pedreño protagonizan 'Poquita fe'

Marcos Méndez

Poquita fe es la nueva comedia de Movistar Plus+ que llega este martes 4 de julio a la plataforma. Una serie de estreno protagonizada por Raúl Cimas y Esperanza Pedreño, y creada por Montero y Maidagán, además de dirigida por el primero de ellos. Dos creadores que alargan su propio sello después de dos temporadas de Justo antes de Cristo, y que siguen teniendo en su currículum el inolvidable crédito de Camera Café.

En esta ocasión, presentan una serie que sobre todo llama la atención por el formato en el que se ha planteado. Desde su mismo “empaquetado”, porque se ofrece en 12 capítulos cortos (de unos 15 minutos) y cada uno de ellos equivale a un mes: el primero es enero, el segundo febrero, y así hasta el duodécimo que es diciembre. Es decir, nos cuenta un año en la vida de sus protagonistas, seleccionando los highlights o mejores momentos de cada mes para conocerlos tanto a ellos como a su entorno.

Los protagonistas son Berta (Pedreño) y Jose Ramón (Cimas), una pareja casada que según la sinopsis oficial “intentan vivir su vida lo mejor que pueden. Sus emociones, esperanzas y pasiones están atenuadas por el ruido del día a día. Pero ahí siguen”. Una historia cotidiana de un matrimonio normal que en sus tramas va sumando a otros muchos personajes entre familiares, amigos y compañeros de trabajo interpretados por Julia de Castro, Chani Martín, Marta Fernández-Muro, Pilar Gómez, María Jesús Hoyos, Juan Lombardero, Enrique Martínez o Blas Ortiz.

Movistar Plus+ lanza el tráiler definitivo de 'Poquita fe', su nueva comedia con Raúl Cimas y Esperanza Pedreño

Pero no sólo resalta por su formato de presentación, también en cómo se ha planteado su narrativa interna y la forma de desarrollar sus tramas. Sus protagonistas y personajes están permanentemente hablando a cámara y contando lo que les ocurrió en cada momento destacada de cada mes. Son casi como una “voz en off” que presenta cada situación y la comenta, dando paso a pequeños fragmentos en los que la ficción sí se desarrolla con una mecánica habitual.

Va más allá del estilo de Modern Family, por ejemplo, y recuerda más bien a una serie que se ha convertido en obra de culto como es Qué vida más triste. Si en ella era Borja el que se sentaba en su cama para contarnos sus andanzas junto a “el Joseba”, en Poquita fe es como si las cámaras siguiesen 24 horas horas a sus protagonistas para luego extraer los mejores momentos de su vida en una especie de documental mensual que ellos mismos narran, comentan y puntualizan mientras se desarrollan algunas de las acciones. Y todos participan, no sólo Berta y José Ramón, sino también sus familiares, amigos y compañeros.

Una comedia de “situación” que no hace que te rías

En estos tiempos de eterna burbuja de la producción audiovisual, donde los estrenos semanales y mensuales se cuentan por decenas y los anuales por cientos (y no es un decir), se agradece que haya series que arriesguen con formatos diferentes, como La Ruta al ir al revés del calendario o Las noches de Tefía al compaginar dos épocas y dos mundos, el real y el onírico. Por poner dos ejemplos diferentes y con disparidad de elementos.

El problema que puede plantear Poquita fe es responder a la pregunta que se le debe hacer a todas las comedias: ¿Hace que te rías? Y en mi caso, la respuesta es no. El humor es algo muy personal, y el estilo de Montero y Maidagán ya quedó reflejado en Justo antes de Cristo. Plantean sus series como “de situación”, no buscan el gag o el sketch efectivo para ir a por la carcajada o la risa, sino que presentan toda una situación que llevan al límite de lo absurdo para intentar simplemente buscar tu sonrisa. Buscan situaciones que pueden hacerte gracia y hacerte sonreír... pero que también pueden no hacerte gracia y pasar sin dejar huella al recuerdo de que “la viste”, sin más.

Planteándolo así, la apuesta por Raúl Cimas y Esperanza Pedreño para interpretar a un matrimonio con una vida tan normal y aburrida que lo absurdo queda casi diluido en su día a día es un acierto, porque son dos talentos únicos para el humor como el cómico demuestra cada vez que aparece en un programa (comprobable si se revisan sus secciones en Late Motiv o su reciente visita a La Resistencia), o la actriz logró al convertir en un icono a su inolvidable Cañizares en Camera Café. Pero si lo que se quiere de una comedia es que te haga reír y olvidarte de tus problemas del día a día... quizás Poquita fe no sea la mejor opción. Salvo que te sientas reflejado en sus desgracias cotidianas y prefieras tomártelo a risa.

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