Cabrera cuenta por primera vez ante un juez la trama eólica grande

Por primera vez en casi tres años, el primer denunciante de la trama eólica, Francisco Cabrera, ex consejero de Megaturbinas de Arinaga, ha contado ante un juez el origen, la composición y los objetivos de la trama grande del concurso eólico, es decir, la que afecta a los hermanos Luis y José Manuel Soria, al ex presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas y a los empresarios Javier y José Ignacio Esquivel. Cuando empezó a sospechar se lo contó a Soria creyéndole ajeno a la operación, y el Cabildo acabó despidiéndolo de su puesto.

Francisco Cabrera compareció en calidad de testigo este miércoles ante el titular del Juzgado de Instrucción 4 de Las Palmas de Gran Canaria, Florencio Barrera, que instruye una denuncia por injurias y calumnias interpuesta por José Manuel Soria contra los periodistas Francisco Javier Chavanel y Carlos Sosa, de CANARIAS AHORA. Soria acusa a los informadores de haberle acusado de diversos delitos tras publicar que vivió gratis en un chalet del empresario Javier Esquivel al tiempo que trataba de beneficiarle en el concurso eólico.

Por espacio de tres horas, Francisco Cabrera explicó cómo le despertó sospechas una reunión celebrada en la Autoridad Portuaria de Las Palmas en abril de 2004, seis meses antes de que se convocara el concurso de asignación de potencia eólica. Cabrera acudió a esa reunión por indicación de la secretaria de José Manuel Arnáiz, entonces presidente el organismo, y a ella asistieron el director del Puerto, Esteban del Nero, una hija de Javier Esquível, su tío José Ignacio Esquível y el ingeniero Juan Carlos Sirviente, el que en octubre organizara un viaje a Alemania para que los empresarios y el consejero de Industria, Luis Soria, conocieran las megaturbinas de la empresa Enercon.

Esa reunión fue el pistoletazo de salida de la operación urdida para beneficiar a los Esquível. Según declaró Cabrera ante el juez, en esa reunión los empresarios manifestaron su interés por participar en el negocio eólico pero con el mismo proyecto con que tenía previsto hacerlo la empresa pública Megaturbinas Arinaga, de la que era consejero el declarante. Cabrera aseguró que los empresarios disponían de información privilegiada para poder hacerse con las concesiones de suelo público portuario en el muelle de Arinaga, justo donde pretendía hacerlo Megaturbinas, participada por el puerto, la Consejería de Industria y el Cabildo grancanario.

Francisco Cabrera explicó ante el juez cómo se desarrolló el consejo de administración de Megaturbinas de Arinaga de noviembre de 2004 en el que se rechazó su propuesta de solicitar las concesiones precisas para montar ese campo de vientos en el muelle de Arinaga. “Miguel Jorge Blanco [vicepresidente primero del Cabildo] se ausentó unos quince minutos para llamar por teléfono a Larry Álvarez [vicepresidente tercero del Cabildo y secretario de Organización del PP canario]. A su regreso dijo que no se iba a ir al concurso”.

Preguntado por si en algún momento había comunicado al presidente del Cabildo, José Manuel Soria, lo que pasaba, Cabrera contestó ante el juez que sí. Ya desde julio de 2004, cuando se enteró por un anuncio oficial en la prensa que se iba a conceder suelo público portuario a la empresa de los Esquivel, Promotora de Recursos Eólicos, investigó a esta sociedad en el Registro Mercantil. Descubrió “quiénes estaban detrás de esta empresa, que existía todo un entramado de empresas, algunas de ellas radicadas en paraísos fiscales”.

Según explicó ante el juez, Cabrera indagó hasta dar con Alfredo Briganty, amigo de Larry Álvarez, por lo que llegó a la conclusión de que “estaban montando una operación en perjuicio de Megaturbinas de Arinaga y que el presidente de la Autoridad Portuaria estaba favoreciendo los intereses de Promotora de Recursos Eólicos concediéndole suelo público sin mediar concursos y de una forma sospechosamente rápida”.

Fue con toda esa información con la que trató de ponerse en contacto con José Manuel Soria pensando que el presidente del Cabildo era ajeno a esa maquinación. Pero cuando consiguió hablar con él por teléfono el 20 de octubre de 2004 se sorprendió al descubrir la reacción del presidente del PP. “Se enfadó mucho y me recriminó por mis sospechas sobre Larry Álvarez.

Poco después, Francisco Cabrera fue despedido de su empleo en la Sociedad de Promoción de Gran Canaria, dependiente del Cabildo. Una sentencia judicial obligó a su readmisión tras considerar probado que el despido fue producto de la denuncia que Cabrera presentó a finales de 2004 ante la Fiscalía Anticorrupción

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