Ocurrió hace unos pocos días, en plena ola de calor, con esa playa de Las Canteras de bote en bote. Ya se imaginarán el curro que se tienen que estar dando, con tal motivo, los muchachos y muchachas de la Cruz Roja, a los que aprovechamos para dar un riqui-raca desde aquí. Resulta que esa institución dispone de una moto náutica para rescate, donada muy gentilmente para tales menesteres por el Ayuntamiento de la ciudad. La tal moto se desplaza cada día desde su garaje correspondiente hasta la playa a bordo de un remolque que, a su vez, es tirado por un todoterreno de la Cruz Roja. Pues bien, el otro día un policía municipal del mismo Ayuntamiento que donó la moto denunció al vehículo arrastrador por no coincidir las matrículas con las del vehículo de remolque. El compañero del guindilla le explicaba al estricto policía las especiales circunstancias del hecho, pero no hubo manera: remolque y moto, al potrero, multa que te crió, y Las Canteras un día y pico sin moto de rescate. Son de lo que no hay.