Mauricio siempre detrás

José Sánchez Rodríguez saca de su guayabera su teléfono celular y llama a Germán Suárez y le pide que interceda, que entre todos traten de calmar las aguas en la Confederación. Félix Santiago, a la espera del dichoso duelo, no mueve un músculo de la cara, y como buen jugador de envite que dicen que es, espera cartas para jugarlas. Si es posible, incluso de capitán. JSP invoca el nombre de Mauricio cada vez que se ve acorralado, sin percatarse, vaya por Dios, que el espantajo cada vez asusta menos, o más bien todo lo contrario. Grisaleña no cede, así que Mario Rodríguez se va a ver en la obligación de cumplir con su amenaza de ponerse él de presidente de la tal comisión de Asuntos Económicos. Para animarlo, para cerrar filas y que todo parezca atado y bien atado, ya van saliendo artículos de influyentes empresarios en la prensa de papel. Ánimo Mario, tú no hagas caso a las batallitas que te intentan plantear, le dicen en negro sobre blanco. Lógico. Las grandes batallas son las otras, las que Mauricio quiere tener en paz, como el gas, los casinos o el istmo.