“Ona, ¿podría hacerme una foto contigo?”
Ona Carbonell rememora sonriente su precoz irrupción en las competiciones internacionales.
Diez años atrás era la benjamina del equipo español de natación sincronizada. Ahora, con 26, es la veterana y la referente no solo para las demás integrantes de la selección nacional sino también para todas las niñas que estos días aguardan su aparición en el Club Natación Metropole.
En la última década, la vida y carrera de Ona Carbonell han dado un vuelco. Antes era ella la que perseguía a la francesa Virginie Dedieu para poder fotografiarse junto a su ídolo de infancia.
Ahora, como consecuencia de su cambio de estatus, es ella la perseguida. Es, no en vano, una de las mejores solistas del mundo.
“Ona, ¿puedo hacerme una foto contigo?”, le preguntan repetidamente las jóvenes nadadoras del club de Las Palmas de Gran Canaria. La barcelonesa acepta y posa mientras los nervios y la emoción revolotean por el cuerpo de sus seguidoras.
“Competir en casa es especial por cosas como estas”, asegura Carbonell en declaraciones a EFE.
La quinta prueba de las Series Mundiales de la FINA reúne desde el pasado miércoles a la elite mundial de la natación sincronizada.
Trece países (Alemania, Australia, Austria, Bielorrusia, Eslovaquia, España, Francia, Hungría, Japón, Kazajistán, Portugal, Suecia y Ucrania) compiten en diez modalidades.
Al mismo tiempo, trece clubes disputan el Campeonato de España sénior, en el denominado Trofeo Infantas de España.
Centenares de deportistas conviven, en consecuencia, en las entrañas del Club Natación Metropole. Comparten ilusiones y sueños dentro del agua y los últimos abrazos en la cámara de llamada.
Antes se han ayudado a maquillarse las unas a las otras y a cubrirse el pelo con la gelatina de cola de pescado. Su olor es característico. Como los colores granate y amarillo que se combinan en la grada. Los aficionados y socios del club anfitrión son mayoría. Y son reconocibles por sus gritos.
“Pío, pío”, cantan mientras esperan su calificación las nadadoras locales. “Este sí es un pedazo solo”, “este sí es un pedazo dúo”, “este sí es un pedazo equipo”, subrayan tras cada rutina.
Los vítores se multiplican igualmente con el novedoso dúo mixto, compuesto por una chica y un chico.
Pau Ribes es el único integrante masculino de la selección española. “Y a mí también me piden autógrafos y fotos, claro”, bromea el nadador del CN Granollers este domingo al comienzo de la última jornada de competición.