El primer ‘derby’ canario lo ganó el Victoria
Los orígenes del fútbol en Canarias se sitúan en la primera década del siglo XX, aunque la disputa del primer 'derbi regional' tuvo lugar el 8 de mayo de 1913. Encuadrado dentro del programa de las Fiestas de Mayo, la iniciativa partió del Centro de Fomento y Propaganda del Turismo que presidía Juan Marti, uno de los defensores de la práctica del fútbol entre la juventud. Consistía en invitar al Sporting Club Victoria para enfrentarlo al ganador de una eliminatoria entre el Laguna Sporting Club y el Tenerife Sporting Club en un tiempo en el que los apellidos de los clubes tenían un indudable sabor británico.
El choque previo acabó con goleada (5-0) para el Tenerife, un equipo fundado meses antes sobre la base del Nivaria y que contaba con algunos futbolistas británicos, pero no disponía de un recinto deportivo, por lo que jugaba en La Laguna tras cargar las porterías en la jardinera del tranvía. Por tanto, el primer objetivo de aquel equipo que tomaba el nombre de la Isla fue tener un campo de fútbol propio. Y la idea se plasmaría a finales de 1912 junto al barranco de Santos, en una pequeña explanada situada entre el Hospital de Niños y el asilo Victoria. En la primavera de 1913 el terreno de 100x50 metros de tierra aplanada ya estaría listo.
El escenario se engalana para la disputa del derbi ante el Victoria, una vez que llegan desde Inglaterra las redes de las porterías y los balones, a un precio éstos de ¡22 pesetas! por unidad, mientras el par de botas cuesta la mitad. La importancia del choque hace que se coloquen cientos de sillas alrededor del nuevo campo para incrementar la comodidad del público y poder cobrar un suplemento: 0,50 pesetas por entrada y un extra de 0,30 pesetas por asiento. Y por fin, a las cuatro y media de la tarde de aquel jueves, Tenerife y Victoria disputan el primer derbi canario de la historia con arbitraje de mister Spragg.
El Tenerife formó ese día con: Edmundo Caufield; Pérez, Pordage; Benítez de Lugo, Miguel Bello, Manuel Cabrera; Davidson, Corbella, Edgard Caufield, Franquis y Del Pino. El equilibrio fue la tónica del juego hasta que llegó el tanto visitante a cargo de su delantero Pepe Gonçalves, al rematar un córner. A partir de ahí, según apunta la crónica de 'El Progreso', “cada vez que veían su puerta en peligro los jugadores del Victoria le daban una patada al balón y lo tiraban al barranco, con lo pasaba el tiempo”. Mientras, al cronista de 'Gaceta de Tenerife' le sorprendió que Head, el joven portero grancanario, jugara sin calzado.
Al final, cada jugador del Victoria recibió una copa de plata como campeón con su nombre grabado y todos los protagonistas fueron obsequiados con un banquete en el hotel Colón. En Las Palmas, los campeones fueron recibidos como héroes en el muelle Santa Catalina: no cesaron los voladores en su periplo hasta la sede del club, en la calle La Naval. Eso sí, meses después, en la devolución de la visita, el Tenerife también 'devolvió' el resultado: se impuso 0-1 en el campo del Muelle Grande con un gol de Aquilino del Pino.
(*) Capítulo del libro ‘El CD Tenerife en 366 historias. Relatos de un siglo’, del que son autores los periodistas Juan Galarza y Luis Padilla, publicado por AyB Editorial.
0