Los tomateros piden medidas urgentes para evitar que la plaga de Tuta Absoluta haga inviable el cultivo en Canarias

Planta tomatera afectada por la Tuta Absoluta, en una explotación radicada en las islas

El Diario Agrícola

Santa Cruz de Tenerife —

Los productores de tomate con destino al mercado local han sido esta vez los primeros en dar la voz de alarma en Canarias. Este pasado invierno, época en la que la plaga suele permanecer en estado de latencia, se produjo una explosión de las poblaciones de Tuta Absoluta, entre otras razones por la anómalas temperaturas durante la estación invernal, informa en una nota de prensa las organizaciones tomateras Fedex y Aceto.

Si bien en otras ocasiones la Tuta Absoluta ha tenido repuntes puntuales en zonas muy focalizadas, en este momento ha afectado de igual manera a todas las áreas productoras de tomate, tanto el que se cultiva con destino al mercado local como el de exportación, y en las islas de Gran Canaria, Tenerife y Fuerteventura, las que concentran casi toda la oferta de esa hortaliza.

La Tuta Absoluta es una plaga originaria de Sudamérica que afecta a los cultivos de tomate (Lycopersicon esculentum) y papa (Solanum tuberosum). También, aunque en menor medida, a otras solanáceas cultivadas como la berenjena (Solanum melongena) y el tabaco (Nicotiana tabacum). Se conoce comúnmente como polilla del tomate, polilla perforadora, cogollero del tomate, gusano minador del tomate, minador de hojas o tallos de la papa.

La intensidad de la plaga en las citadas islas está siendo de tal magnitud que “muchos productores locales se han visto obligados a arrancar los cultivos ante la impotencia para controlar y mitigar sus efectos”, se asegura en el mismo comunicado, que añade que la “gran preocupación ahora radica en lo que pueda suceder con el final de la campaña de exportación y los daños que la Tuta Absoluta está empezando a causar en los cultivos de papas”.

Sobre este fenómeno, “los productores declaran que no son los responsables de la situación creada ni de la entrada de esa plaga, pero sí son los que padecen sus estragos y efectos, que se traducen en grandes perjuicios económicos y en pérdidas de clientes por no poder suministrar la oferta acordada”.

Ante la gravedad de la situación, los productores locales y de exportación han mantenido encuentros con las consejerías de Agricultura de los tres cabildos implicados y con la Dirección General de Agricultura del Gobierno de Canarias. En esas reuniones, la demanda fundamental ha sido la realización de un plan de acción para el control de la Tuta, basado en buena medida en el que se llevó a cabo en 2009 contra la mosca blanca y dio excelentes resultados.

Entre las medidas solicitadas, se recoge en la nota de Fedex, destacan una fase de choque inicial, una serie de acciones a medio plazo y otras actuaciones a largo plazo. Sin embargo, la actuación más inmediata “pasa por la gestión de los restos vegetales que suponen la principal reserva de la plaga. Y es en este punto donde hay más disgusto entre los agricultores”, se recalca.

En relación con esa gestión, los productores aclaran que son los cabildos los que tienen las competencias en materia de residuos, por lo que ellos deben adoptar medidas excepcionales. En el caso de Gran Canaria, la isla de mayor producción, se permite la quema controlada en el caso de que el viento lo permita, hecho que es imposible en el sureste de la isla, donde la velocidad de ese agente es constante.

La acumulación de restos, se reconoce por parte de los tomateros, puede provocar una situación irreversible que impida ese cultivo y, probablemente, también el de la papa. A pesar de haber mantenido una reunión con el área de Agricultura del Cabildo de Gran Canaria, los agricultores aún siguen sin una respuesta sobre cómo gestionar el residuo afectado por la Tuta Absoluta. En el caso de Fuerteventura y Tenerife, debido a la menor cantidad de restos vegetales, el tratamiento no genera tanto problema como en Gran Canaria.

Los productores y agricultores pronostican que, “de no tomarse medidas urgentes, el cultivo del tomate será inviable en Canarias por los daños que causa la plaga y los elevados costes que supone su control”. Esto ya se está reflejando en el abastecimiento del mercado local, donde la cuota del tomate canario es mínima frente al que las grandes superficies importan desde Península, Portugal y Marruecos.

En estos momentos, el Gobierno de Canarias ha habilitado un paquete de medidas que pasa por la gestión previa de los restos vegetales. Entre estas sobresalen una línea del Programa de Desarrollo Rural (apoyo público) destinada a la contribución a áreas focales, un programa de cooperación con el ICIA y unas jornadas temáticas.

La Tuta Absoluta es una pequeña polilla microlepidóptera, de 7-9 mm (hay de siete a ocho generaciones por año), que a menudo se confunde con especies estrechamente relacionadas y que tienen hábitos similares. Su origen está en el norte de Sudamérica, desde donde se ha extendido a casi todo el planeta. Ataca tanto las hojas como el fruto. En el caso de las hojas, provoca áreas traslúcidas que producen el secado de esta. En el fruto, el daño, mediante picadas e incisiones, genera la pérdida de valor comercial.

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