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El Cabildo de Gran Canaria alza la voz contra la esclavitud infantil con versos y música que resonarán en El Patio
El Cabildo de Gran Canaria vuelve a alzar la voz para denunciar que hay más de 400 millones de niños esclavos en el mundo, aunque en esta ocasión lo hace a través de música y versos durante un acto que tendrá lugar este jueves en El Patio, detalló el consejero de Solidaridad Internacional, Carmelo Ramírez.
Este año el evento contará con las actuaciones de Yeray Rodríguez junto a 13 niños verseadores que han preparado este tema especialmente para la ocasión durante las últimas semanas. Se trata de 10 alumnos del CEIP Costa, del municipio de Moya, además de otros tres pequeños miembros de la familia Sánchez Pérez, de Valsequillo.
El evento Verseando contra la esclavitud infantil será las 19.30 horas y está enmarcado en el programa Gran Canaria Solidaria. Además de los verseadores actuarán la cantante Ana Cabrera y el guitarrista Javier Cerpa.
La conmemoración de este día pretende denunciar la existencia de millones de niños esclavos menores de 15 años, la mayoría en países empobrecidos, que sufren esta lacra y especialmente la explotación laboral por parte de empresas multinacionales, lamentó Ramírez. “Desde el Cabildo queremos seguir comprometidos con esta denuncia y con iniciativas para que se ponga fin a esta situación que es una vergüenza para la humanidad”, agregó.
El 16 de abril se conmemora en todo el mundo el Día contra la Esclavitud Infantil con motivo del asesinato en 1995 de Iqbal Masih, de 12 años, por su lucha contra esta situación. El pequeño comenzó su particular batalla debido a que con solo 4 años fue vendido por su padre a una fábrica de alfombras de Punjab porque necesitaba un préstamo para pagar la boda del hijo mayor, donde fue esclavizado.
Para saldar la deuda Iqbal trabajaba doce horas al día trenzando alfombras, pero debido a los intereses desorbitados, la cantidad económica seguía creciendo. A los 10 años asistió a un mitin sobre derechos humanos y su vida cambió radicalmente porque consiguió la libertad a través de una campaña del Frente de Liberación del Trabajo Forzado. Se convirtió así en un activo luchador contra la esclavitud infantil que le permitió cerrar empresas en la que se explotaban a menores.
El ejemplo del pequeño trascendió en el resto del mundo y recibió premios internacionales en Estocolmo y en Boston, con los que decidió abrir una escuela. Por su reivindicación, fue asesinado.
Pese a que han pasado más de 20 años del crimen que removió conciencias, la esclavitud sigue presente en todo el mundo, la mayoría en zonas empobrecidas de África, donde uno de cada tres pequeños es obligado a trabajar, mientras que en Latinoamérica el ratio es de uno cada cinco niños y en Asia hay casi 200 millones de casos.
Las actividades en las que son empleados los pequeños van desde el tejido de alfombras al trabajo en lavaderos, pasando por el servicio en casas adineradas, las fábricas de ladrillo, la recogida de basuras en Guatemala, la prestación de servicios en prostíbulos y la participación en conflictos armados como soldados, entre otros.