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Alcantarillas: Lo que vemos y lo que no... hasta que estallan

Guagua atascada tras fuertes lluvias en Las Palmas de Gran Canaria.

Beatriz Correas

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Una buena gestión del servicio de alcantarillado es de vital importancia en cualquier ciudad del mundo, pero en nuestro caso, en Las Palmas de Gran Canaria, adquiere si cabe una mayor relevancia.

Tenemos que recordar que nuestra capital tiene dos caras al mar, lo que nos enriquece desde el punto de vista económico y turístico. Nuestra playa de Las Canteras es el mayor reclamo turístico que tenemos, y por ello, cualquier vertido que se produzca en el mar conllevaría unas consecuencias nefastas para nuestro litoral, nuestro turismo, y nuestra economía.

¿Y por qué se producen vertidos o en qué cantidad? Básicamente debido a una deficiente limpieza de nuestro sistema de alcantarillado.

Si queremos tener una ciudad limpia, no solo es necesario que se limpie lo que se ve, sino también lo que no se ve. En este caso, la empresa responsable del saneamiento en nuestro municipio no está cumpliendo en su totalidad con el servicio por el que se le paga, es decir, por una eficaz limpieza del alcantarillado. Hay camiones defectuosos que no succionan correctamente; y sistemas de limpieza de las tuberías que conllevan que una gran cantidad de basura vaya pasando de un pozo a otro. Y esto se traslada a que, en épocas de lluvia, las alcantarillas no den más de sí, y salten e inunden nuestras casas y nuestras vías. Me decía un bombero, en las últimas lluvias, que simplemente limpiando bien las alcantarillas las inundaciones podrían detenerse.

¿Culpa de los trabajadores de Sercanarias? ¡Por supuesto que no! Ellos realizan su trabajo con los medios que pone la empresa a su disposición. Hay que recordar que estos trabajadores llevan muchísimos años realizando sus tareas, pasando de una empresa a otra, y ha sido en esta última etapa cuando hemos vivido las peores consecuencias de la mala gestión en este servicio.

Trabajadores que, en su día y como todos los empleados vinculados de una forma u otra al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, aceptaron unos recortes salariales y sociales debido a la crisis y, ahora, que el resto los están recuperando, ellos también quieren hacerlo.

Hay un preaviso de huelga de los trabajadores de saneamiento para el próximo lunes 4 de julio, reclaman una negociación de su convenio colectivo y lo único que piden es volver a lo que tenían antes de la crisis.

Y yo me pregunto: si ya tenemos problemas cuando están trabajando, ¿Qué supondría para la ciudad una huelga en este sector?

Pues creo que las consecuencias que tendrían son de gran importancia para el funcionamiento de nuestra ciudad. Este es un servicio que no se valora hasta que no nos vemos afectados de manera directa en nuestra vivienda o en nuestro entorno. Cuando vemos vertidos fecales, es cuando podemos llegar a valorar su trabajo. Las consecuencias podrían ser:

Vertidos al mar en diferentes puntos de la ciudad, por falta de limpieza de la red de alcantarillado, ya que toda la red tiene una vía de aliviadero al mar, en caso de colapso de las tuberías.

Desbordamiento de las estaciones de bombeo de aguas residuales por falta de mantenimiento. Esto ocasionaría vertidos en nuestras playas, lo que llevaría al cierre de las mismas.

Viviendas, garajes, o locales inundados por aguas fecales, producidas por diferentes obstrucciones que normalmente resuelven a diario el personal del servicio de alcantarillado.

Vertidos de aguas fecales en la vía pública con el grave riesgo para la salud y consecuencias como el cierre de calles.

Roturas y socavones de la red de alcantarillado.

Contaminación en los aljibes de las viviendas como consecuencia de las obstrucciones de las acometidas de la red de alcantarillado de las comunidades de vecinos, que podría afectar, incluso, al agua de abasto.

Quizá lo que están leyendo les parezca un poco alarmista, pero si estas cosas ya han sucedido por la mala gestión de este servicio, ni les cuento lo que podría pasar si este servicio se para. Todos sabemos, y hemos visto, lo que pasa en nuestra ciudad cuando llegan las lluvias.

El pasado miércoles 29 de junio, los surferos de la Playa de la Laja se tuvieron que retirar de coger olas debido a la peste y suciedad del mar. Sin ir más lejos, el pasado viernes 1 de julio, según los trabajadores, hemos tenido un vertido de aguas fecales en nuestro Barranco de Tenoya.

Y, señores, esto es lo que vemos pero, ¿qué sucede con lo que no vemos? ¿Hasta qué punto se pone en riesgo nuestra salud por una mala gestión del sistema de alcantarillado?

Para muestra un botón. ¿Sabían que existe una galería de servicios que va desde la Fuente Luminosa, por Luis Doreste Silva, llega hasta la comisaría y regresa por la Avenida Marítima hasta la Fuente Luminosa?

Pues esta galería de servicios está en unas pésimas condiciones. Los trabajadores del servicio de alcantarillado han denunciado, una y otra vez, la situación en la que se encuentra el techo de esta galería y el peligro de derrumbe que hay.

Lo más penoso de esto es que hay dinero para repararlo y no se hace.

Para callar a los trabajadores han decidido apuntalar dicha galería, sin tener en cuenta del peligro que añaden, ya que las bases están sobre agua, con la consabida corrupción de los materiales.

En fin, estos trabajadores solo piden que les devuelvan lo que le quitaron y Sercanarias alude a que no continuará con el contrato y, por lo tanto no negocia.

Digo yo, que alguien deberá dar una solución a esta situación que nos viene, y tendrá que ser nuestro alcalde y presidente de Emalsa, Augusto Hidalgo, el que tenga que “mojarse”.

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