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Eluana en el infierno

Juan García Luján / Juan García Luján

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Después de 11 años de batalla con la Justicia, el Tribunal Supremo dictó una sentencia donde reconoce el derecho de los padres a decidir la retirada de la asistencia médica que prolonga la vida de Eluana. “La condena a vivir bajo cualquier condición es mucho peor que la condena a muerte”, declara el padre, que reconoce que en su casa el tema de la vida con dignidad y libertad se habló muchas veces antes del accidente de Eluana. Tanto su mujer, Saturna como su hija y él mismo coincidían en que si les ocurría algo y se quedaban en estado vegetativo no querían una prolongación artificial de sus vidas. Y desgraciadamente ocurrió, hace 17 años Eluana tuvo un accidente de tráfico que la dejó en coma.

Después de superar los problemas judiciales los padres de Eluana pidieron a sus médicos que le retiraran la alimentación a la muchacha. Y en esto aparece en escena el presidente del gobierno italiano y reúne a su ejecutivo para aprobar un decreto que pretende dejar sin validez la sentencia del Tribunal Supremo. El decreto no tiene validez sin la firma del presidente del a República Giorgio Napolitano. Berlusconi sabía que Napolitano era partidario de respetar los derechos de la familia de Eluana. Pero los intereses políticos de Il Cavaliere están por encima de cualquier ley: Berlusconi quiere ocupar el sillón de Napolitano dentro de 3 años, y ha visto en esta polémica un buen caballo de batalla para quitar votos a la democracia cristiana.

En su afán de saltarse la ley el presidente italiano se ha encontrado con un aliado que tiene mucho poder, la jerarquía de la iglesia católica. El Cardenal Camilo Ruini declaró ayer que los médicos que retiran la alimentación de Eluana “están cometiendo el asesinato de un ser humano”. Me pregunto¿dónde estaba este vicario cuando la policía de Berlusconi asesinó el 20 de julio 2001 al Carlo Guliani durante una manifestación contra la cumbre del G-8 en Génova?¿Dónde estaba la curia romana hace apenas una semana cuando los partidos que apoyan al presidente italiano aprobaron la ley sobre Seguridad que criminaliza a los inmigrantes, que pide a los médicos que denuncien a los pacientes que estén en situación irregular, que plantea confiscar las propiedades alquiladas a los inmigrantes? ¿Valía menos la vida del joven Guliani o la dignidad de los inmigrantes que la vida en estado vegetativo de Eluana, que provoca el sufrimiento de su familia? La madre de Eluana enfermó de cáncer después del accidente de su hija.

Ramón Sampedro, el pescador gallego que vivió 27 años postrado en una cama, cuya madre también enfermó de cáncer, recibió un día en su casa el libro sobre la vida de Joni Earekson, una mujer que contaba que su fe en Cristo le ayudó a seguir amando la vida después del accidente que la había dejado tetrapléjica. Joni le mandó una carta a Sampedro para animarlo a que abandonara su deseo de morir. Sampedro, cuya vida fue reflejada en la película Maradentro, envió una carta a Joni en la que le decía que “¡Los dioses nunca han podido ni pueden hacer nada por los seres humanos! Evitar el dolor del mundo es responsabilidad del hombre. Y como mi dolor va unido a mi circunstancia, reclamo para mí la parte de responsabilidad que me corresponde. Consolarse con que el sufrimiento es un instante en la escala cósmica y buscar en Cristo la fuerza que necesitas para soportarlo me parece el peor de los trastornos psicológicos. En nombre de Cristo, se podría justificar con más coherencia la eutanasia voluntaria, como una forma de emular al mito, renunciando a la vida para evitar el dolor, que soportando el dolor para conservar una vida miserable”.

Sampedro no logró en los tribunales españoles lo que la familia de Eluana ha logrado en Italia, por eso tuvo que recurrir a una mano amiga para que lo envenenara. El caso de Eluana nos vuelve a llevar al escenario a los mismos actores con sotana que defienden los avances de la ciencia cuando se trata de mantener una vida en estado vegetativo, aunque provoque dolor y enfermedades en toda su familia. Esos mismos actores son los que se oponen a la investigación de las células madres, y a la utilización de los cordones umbilicales de los recién nacidos para curar la enfermedad de sus familiares. Los mismos que hace 400 años condenaron a prisión perpetua a Galileo Galilei por descubrir que la tierra gira alrededor del sol, y hasta diciembre del año pasado no han dado la razón a Galileo. Los padres de Eluana han pedido a la jerarquía católica que no se meta en la vida de una familia agnóstica, pero me temo que tendrán que esperar otros cuatrocientos años para que la jerarquía del Vaticano les pidan perdón por el daño que les están haciendo, aunque a la iglesia nadie les dio vela en este entierro.

Juan García Luján

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