Me siento rejuvenecer

Que conste que el título y la idea del artículo la he tomado de mi admirado Iñaki Gabilondo. Pero es cierto que Vox me ha rejuvenecido. He vuelto a los años de la clandestinidad, cuando en mi primera juventud llegué a militar en el Partido Comunista, jugaba en el Juvenil Sporting San José, colaboraba en el “Diario de Las Palmas” y estudiaba en la Escuela de Comercio. Además tenía una novia, que hoy sigue siendo mi mujer, que tenía que llegar a las ocho y media a su casa, según las costumbres de la época. La militancia en el PCE no hace falta que les diga era clandestina, secreta, porque todos los partidos políticos estaban prohibidos, menos Falange Española y el Movimiento Nacional. Ahora Vox quiere ilegalizar a Podemos, a los partidos independentistas catalanes, eso en primera instancia, que luego seguirá con el PSOE, y hasta con Ciudadanos y el Partido Popular. Todo prohibido, Santiago y cierra España, nunca mejor dicho. Mientras la extrema derecha piensa en ilegalizar a los partidos catalanes muy poco españoles, Cayetana Álvarez de Toledo alardea no hablar en catalán y se presenta como cabeza de lista por el Partido Popular en la circunscripción de Barcelona, ¡toma ya!.

Volveremos a los gloriosos tiempos de la Formación del Espíritu Nacional, por el Imperio hacia Dios, prietas las filas y firme el ademán. que en mi caso combatía escuchando y oyendo a Radio España Independiente, estación pirenaica. En el Club Victoria de nuevo funcionará Latitud 28, que será dirigido por el espíritu inolvidable de Toni Gallardo, y volveré con Mela Campos, esposa de Toni y gran amiga, a organizar actos teatrales, eso sí, todos muy censurados y tal. Volveremos a los tiempos que ver la película “Arroz amargo”, que estuvo prohibida en España muchos años porque Silvana Mangano enseñaba una teta, y que exhibida en el “Cine Viejo” del Puerto de La Luz, constituyó un tremendo acontecimiento, y recuerdo que el párroco de la Iglesia de la Luz, Antonio Mayor, se ponía en la puerta para ver que feligreses asistían a tal acto pornográfico.

Volverán las victoriosas banderas, al paso alegre de la paz, una gran mentira que nos contaban los falangistas en mi juventud, porque no he visto ninguna bandera que haya traído la paz, al contrario, la guerra y la muerte. Todo esto, y más, quiere traernos de nuevo Santiago Abascal, que incluso pretende suspender la autonomía en Catalunya ¡que estúpido, surgirían más independentistas!, que está en contra de las mujeres, los homosexuales, la memoria histórica, la violencia de género, los negros, los moros, y contra todo progresista que se le ponga delante.

Abascal, un cretino, cínico mentiroso, vive de la política desde los 23 años, cuando fue concejal de Llodio (Álava) por el Partido Popular, y ha estado cobrando sueldo público desde entonces, pasando por el Parlamento de Euskadi, y enchufado por Esperanza Aguirre en varias empresas de la Comunidad de Madrid, la última la Fundación para el Mecenazgo y el Patrocinio Social, cuya actividad era inexistente y no tenía ni empleados, pero Abascal cobraba 83.000 (ochenta y tres mil) euros anuales. Dice ser católico y se ha casado dos veces, y tiene cuatro hijos, dos con cada mujer. ¡Santiago y cierra España!. Me siento rejuvenecido y voy a pasar a la clandestinidad…