No colaboran los responsables públicos con la Televisión Canaria para que ésta alcance unos niveles adecuados de audiencia, y por tanto, de competitividad frente a las privadas y a las demás públicas. Cada vez que la Canaria tiene que ofrecer a los telespectadores algún tipo de acontecimiento institucional, los índices de audiencia caen por los suelos, y eso que tenemos una clase política cuyas actuaciones más se acercan al culebrón que a la alta política. O será precisamente por eso, porque el personal está cansado del culebrón canario. El caso es que la entrevista del pasado viernes con Adán Martín alcanzó los más notables índices de audiencia, pero en sentido negativo. Ni siquiera cuando el presidente se puso tricontinental, palabro que repitió en numerosas ocasiones, la cosa pasó del 3%.