Tampoco vendría mal para los coleccionistas de endemismos canarios conocer qué extraño sortilegio se apoderó del Servicio Canario de Salud aquel ajetreado 18 de noviembre, día en el que tuvo entrada el recurso de Baxter contra el concurso de la hemodiálisis 42 minutos antes de que lo hiciera la carta de Javier Jorcano, de Lifeblood, sugiriendo suspender la licitación y volver a convocarla con otras bases. Fue ese mismo día 18 de noviembre cuando la consejería acordó dejar sin efecto la adjudicación provisional del concurso y, con esa decisión, poner en la cuerda floja los pedidos de Lifeblood, la prestación del servicio de hemodiálisis y la paciencia del PP, que empezó entonces a manifestar temblores y todavía no ha parado. De paso, debiera aclarar Bañolas una contradicción también endémica de sus últimas decisiones: ¿cómo es posible que la misma consejería que retrocede el expediente del concurso al momento del informe de la doctora Leocadia Palop, a la que acusa de falta de objetividad, haya sostenido siempre que esa ex jefa del Servicio de Nefrología del Doctor Negrín “hizo el mejor informe posible”? No tenemos prisa, la verdad, porque es preferible que lo mediten bien antes de volvernos a meter en un mar de dudas. Gracias.