Lo sentimos mucho, pero como Luis Soria, consejero de Industria y Nuevas Tecnologías, no es lo más brillante y ejecutivo que haya pasado por la política de Canarias, nunca podemos traer aquí cuestiones de alta política con él relacionadas. El gas, por ejemplo, ni lo huele, y mira que es gas. Así que, lamentándolo muchísimo por él y por el servicio público que tendría que estar prestando a la ciudadanía, nos tenemos que limitar a hablarles de bidés (el que hizo colocar en su baño privado de la consejería) y de automóviles oficiales, una de las manías familiares que deberían hacerse psicoanalizar. Pero, en fin, a lo que íbamos. Don Luis dispone de lujoso coche oficial en Tenerife, naturalmente, como consejero regional que es, pero ha dado instrucciones precisas para que nadie lo utilice en su ausencia y permanezca, convenientemente maqueado, en el garaje de la consejería. Pero hay dos excepciones.