La carrera de José Antonio Martín se vio frustrada por su intervención en el caso Bornia justo en el momento en que aspiraba al cargo de mayor rango que jamás pudiera ambicionar, el de presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias. En aquellas fechas, verano de 2005, algunas personas movían sus hilos para que fuera Martín quien sustituyera a Fernando de Lorenzo en ese puesto. Uno de ellos era José Miguel Suárez Gil, a la sazón presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas, amigo de Wilebaldo Luis Yanes. En una conversación telefónica interceptada por la Policía, Suárez Gil relataba en junio de 2005 a Luis Yanes que había almorzado con Jerónimo Saavedra y que el presidente del PSOE canario le había preguntado por “cómo veía el empresariado” el nombramiento de Martín como presidente del TSJC. Willy tardó muy pocas horas en contactar con su amigo el magistrado para comentar estos extremos y concluir que se allanaba el camino hacia la máxima responsabilidad judicial en las Islas.