Muy ingenioso Larry Álvarez filtrando el miércoles por la tarde, al límite del cierre de la edición de La Provincia, el caracolillo de que el presidente del Cabildo de Soria (provincia de Las Palmas) piensa trasladar el Museo de la Ciencia desde el parque de Santa Catalina a cualquier otro lugar céntrico de la ciudad, tipo La Favorita, dicho sea esto último sin ánimo de dar ideas crueles. Larry debe pensar que la generalidad de la población se chupa el dedo tres veces al día, porque tal disparate sólo es propio del que quiere distraer la atención. Y lo hace por muchos factores, el del gas incluido, porque con la afanadera que llevan estos individuos, no midieron el riesgo y se han quedado con los pantalones en los tobillos. También había que hacer ruido por lo que se cocía este jueves en el Parlamento, el sainete de un diputado condenado votando a una terna en la que se encuentra el nombre de un magistrado o magistrada que le juzgará próximamente. Y Soria defendiendo la dignidad de tal parlamentario, con el que tiene comprometido su apoyo después del 6 de diciembre, Día de la Constitución, y de un indulto que beneficiará a 1.500 condenados, más o menos.