Encantados están los vecinos de la calle Olof Palme, en el tramo que va de Mesa y López al paseo de Chil. Algo de sueño atrasado tienen, eso sí. Nos cuentan que a alguien se le ocurrió el pasado viernes abrir una zanja a lo ancho y perturbar su tranquilidad. No es que abrieran el agujero por la noche. Qué va. Lo que ocurrió es que para permitir el tráfico rodado colocaron unas planchas metálicas que al paso de cada vehículo cabeceaban contra el asfalto con el consiguiente estruendo. Aseguran que no son de esos pejigueros sin disposición alguna a soportar una molestia por leve que sea. “Pero no entendemos para qué abren la zanja el viernes y colocan las chapas si luego no aparece nadie a trabajar hasta el lunes”. Pues la verdad es que resultan curiosas esas prisas. A lo mejor todo se trata de un gesto solidario y resulta que alguien pensó que también los que se quedan en casa en lugar de ir a la discoteca, tienen derecho a un poquito de bacalao. Ahora la calle está alquitranada. “Sí, vino un camión a la 1.30 de la madrugada del martes a taparlo”. A esa hora no hay tráfico rodado que se colapse, pero algunos nervios han estado a punto.