Nuevo hito en la historia judicial en España, y no estuvo protagonizado por Garzón, que no hizo huelga. Los jueces y magistrados españoles acudieron en gran número a secundar el paro convocado por dos asociaciones, Francisco de Vitoria y el Foro Judicial Independiente, convenientemente calentado durante las últimas semanas desde las instancias y rincones más sorprendentes a través del muy moderno método del correo electrónico. Reclamando el mismo diálogo que esas dos asociaciones rompieron inopinadamente con el ministerio, en Canarias hubo un alto seguimiento, a la vez que mucha confusión. Eso al menos se evidenció en las caras de algunos jueces a las puertas del TSJC en Las Palmas de Gran Canaria en el momento en que se leía un batiburrillo de reivindicaciones que se alejaban bastante de las ocho que llevaron en común a la protesta. Por incluirse, se incluyeron incluso las reclamaciones salariales, que habían sido aparcadas para mejor proveer y mejor conjurar el fantasma del corporativismo.